‘Viaje alrededor de mi piso’ es el cuarto episodio de ‘En casa’, la serie antológica con la que HBO España nos ha querido enseñar experiencias y reflexiones, pero también la creatividad de muchos de los grandes talentos de nuestro país. En esta ocasión, es Carlos Marques-Marcet (‘Los días que vendrán’, 2019) quien se pone detrás de las cámaras, acompañado de Borja Bagunyà en guion, con un fantástico montaje de Oscar de Gispert y la voz, la mirada y la sorprendente sensibilidad de Manuela Aparicio Sanz en cada escena que protagoniza.

‘Viaje alrededor de mi piso’ parte de una idea ya desarrollada en el siglo XVIII por Xavier de Maistre, que sufrió un particular confinamiento por un arresto domiciliario. Con sus reflexiones arrancamos este corto que nos lleva de viaje por un piso abandonado antes de estrenarse, alternando imágenes de los detalles más insignificantes de ese lugar protagonista con otras de viajes realizados por el propio Carlos Marques-Marcet. Porque, en fin, en cierto modo se puede viajar desde casa. La voz en off de Manuela, la forma en la que imagen y sonido se unen formando un todo, los planos bellísimos, el sentido de todo lo que vemos, atrapa al espectador más atento y más sensible, y le lleva de viaje hacia el interior del personaje.

Viaje al centro de uno mismo, y en casa

La historia de ‘Viaje alrededor de mi piso’ es tan real, es tan de verdad, engloba sentimientos tan universales con un tono melancólico y nostálgico tan perfecto, casi derrotista, que es sencillo sentirse parte de lo que uno está viendo. La protagonista se enfrenta a la pérdida de su pareja, que la abandonó antes de empezar realmente, que no llegó a estrenar el piso que imaginaron, proyectaron y compraron juntos. Al principio, cada rincón es de esa ausencia, y también cada rincón, cada limón, parece tener su historia particular. ¿No sucede eso con las casas, en cualquier caso? ¿No tienen todos los rincones una historia sólo reservada para las grandes memorias?

‘Viaje alrededor de mi piso’ me ha encantado. Las imágenes, las texturas, los colores… La intimidad. Las formas que crea, la manera de jugar con la luz. Las reflexiones. Los fragmentos del guion que parecen perfectos para cualquier post de Instagram que ha dominado estos días, pero sobre todo la verdad de esos fragmentos de guion. Lo mucho que sentimos algo que no ha pasado, y lo que duele. Lo que tarda en olvidarse, y también lo mucho que puede quedarse, aun sin haber estado nunca. Las ganas de poetizarlo todo, la manera natural en la que parece salir esta tendencia de la protagonista. Lo cercanos que nos sentimos. Todo. Es un ejercicio fantástico, como todo lo que ha hecho Carlos Marques-Marcet.