Lo que empieza como una novela de fantasía… termina como un ritual pagano en el que acabas desnudo, emocionado y preguntándote en qué momento vendiste el alma.
Reina del Estío no se anda con rodeos: te lanza de cabeza a un mundo donde las reinas no tiemblan, las hechiceras no se callan y el amor —ese animal salvaje— se enrosca en mujeres, en hombres, en quien se atreva. Carmen Romero Lorenzo ha escrito una historia donde el deseo es político, la magia es carne y la guerra se libra también entre sábanas.
Y no, aquí no hay héroes relucientes ni romances de calendario. Hay sangre en las coronas, traición en las promesas y cuerpos que se encuentran en mitad del desastre como si el fin del mundo fuera un excelente telón de fondo para enamorarse.
Entre profecías antiguas, dioses con doble moral, y mujeres que escupen fuego en vez de obedecer, esta novela desmonta el cuento y te ofrece algo mejor: una historia donde amar es subversivo, donde el poder cambia de manos y donde las reglas, como las faldas, están para levantarlas.
Reina del Estío no te abraza: te muerde el cuello.Y cuando crees que has sobrevivido, te sonríe desde la última página y te susurra al oído:“Ahora que sabes lo que arde, ¿de verdad vas a conformarte con lo tibio?”
La reseña tiene la longitud justa para llamar la atención y provocar el interés. Objetivo cumplido. Ojalá el libro este a la altura