Hay mujeres que la historia intentó borrar, pero sus ecos siguen vibrando en cada rincón donde alguna vez crearon. Alice Guy fue una de ellas: la primera en encender una cámara para contar historias cuando nadie creía que una mujer pudiera hacerlo. Entre la emoción y la justicia, Emmanuelle Gaume le devuelve su voz, su nombre y el lugar que siempre le perteneció en la memoria del cine.

En esta biografía novelada, Gaume no solo cuenta la historia de la primera directora de cine, sino que la devuelve a la vida, con su curiosidad insaciable, su inteligencia brillante y su necesidad desesperada de crear. A través de una narración envolvente y casi cinematográfica, seguimos a Alice desde aquella joven secretaria que observaba fascinada los experimentos de los Lumière, hasta convertirse en la mujer que soñó historias cuando el mundo solo veía máquinas.

Su viaje es también el de tantas otras mujeres: la que fue pionera sin permiso, la que amó y fue traicionada, la que lo perdió todo menos su talento. Gaume no la idealiza, pero la envuelve de respeto y de una emoción contenida que traspasa cada línea.Y lo mejor de todo: Alice no se rinde nunca. Ni cuando la industria le da la espalda, ni cuando su propio marido la borra de los créditos, ni cuando el olvido intenta sepultarla bajo nombres ajenos. Ella insiste, grita, escribe, exige ser recordada.

Porque sí: fue ella quien inventó el cine narrativo. La primera en usar la cámara para contar una historia, no solo para registrar un movimiento. La que abrió la puerta por la que después entrarían miles.Y leer este libro es como encender un proyector que llevaba un siglo apagado.

Emmanuelle Gaume firma un homenaje luminoso, necesario y lleno de alma. Un recordatorio de que la historia del cine —como tantas otras— empezó con una mujer que el mundo prefirió olvidar.

Pero ya no.

Ya no más.