Sus vídeos acumulan millones de visualizaciones en YouTube, ha superado el millón de seguidores en Instagram y este viernes 25 de octubre lanza su primer álbum oficial. Para Beret, ‘Prisma’ recoge muchas maneras de entender y de hacer música, siempre desde el corazón, que es desde donde canta y compone desde que se introdujo en este mundo que tanto le apasiona. Probablemente sea ese corazón que le pone a sus temas el que diferencia a su música y a sus canciones, de las más auténticas que podemos encontrarnos a día de hoy. 

Su caso es uno de los muchos en los que fue precisamente YouTube la plataforma que ejerció de empuje y de soporte, la que permitió que sus temas llegaran a millones de personas. De hecho, aunque sus canciones llevan años sonando no fue hasta el año pasado cuando Beret fichó por Warner y su carrera arrancó de manera profesional. Una muestra de la importancia y la fuerza de las redes sociales, que muchas veces nos conectan con personas, con artistas y con sus obras. 

Ahora bien, el caso de Beret es especial. Sus canciones no sólo son escuchadas continuamente, sino que sus letras se han convertido en protagonistas de miles de posts de Instagram e incluso en lemas de vida. Su autenticidad, la verdad que se respira en cada frase, es una de las razones por las que han llegado tanto al público. Y creo que son esas letras honestas, a veces hasta crudas, la verdadera razón del éxito de este joven. 

Por desgracia, estamos acostumbrados a escuchar canciones escritas y compuestas con el único objetivo de gustar y de ser un éxito. Temas que van a la fórmula ya conocida, en los que los intérpretes ni siquiera sienten lo que cantan; temas impuestos que triunfan, pero que no llegan. Beret rompe con todo eso y nos presenta la música tal y como la entiende, mientras nos cuenta historias propias que, a la vez, también son nuestras. 

No nos engañemos. El ser humano es complejo, pero generalmente todos nos enfrentamos a los mismos dilemas, a las mismas pérdidas y a los mismos sentimientos. Cada uno a nuestra manera, por supuesto, pero en esencia pasamos por lo mismo. Por eso, es fácil conectar con las canciones de Beret, porque cuenta y canta desde la verdad, desde el sentimiento y desde la experiencia. 

La figura del perdedor

Esa es la base del fenómeno Beret, lo que explica que sus letras se hayan convertido en himnos para miles de personas incluso antes de contar con el apoyo de una discográfica. Pero además en sus temas encontramos muy presente una figura hacia la que el ser humano siente una extraña atracción: la del perdedor. 

Está bien escuchar a raperos, reggaetoneros y demás hablar de sus éxitos en sus canciones. De cómo sus casas están repletas de oro y diamantes, de cómo viajan en aviones privados rodeados de las personas más populares y bellas del planeta y de cómo todo está a su alcance. Es incluso divertido cantarlo a gritos mientras nos imaginamos a nosotros mismos en esa posición. Pero también es superficial y termina por cansar, probablemente por la ausencia de conexión con el público. 

Beret nos habla muchas veces de todo lo contrario. De una persona que se ha equivocado, que ha perdido, que ha cometido errores y que se encuentra rota. Una realidad más dura y menos agradable, pero más real, valga la redundancia. Y, sobre todo, más cercana a nosotros, que podemos vernos reflejados en sus ‘Lo siento’, ‘Vuelve’, o ‘Te echo de menos’. Su valentía de hablarnos desde la derrota y desde el reconocimiento del fracaso y de la culpa ha tenido como recompensa una conexión casi irrompible con el público, que se encuentra dentro de sus canciones como no lo hace en otros temas y que disfruta y siente su música de una manera única.