El sexismo aparece en nuestras vidas desde la primera infancia en forma de películas, anuncios e, incluso, de catálogos de juguetes. Para ellas, cocinas y sets de maquillaje. Para ellos, coches y cajas de herramientas. Son muchas las voces que se alzan en contra de estos catálogos, mientras que otras le restan importancia.

“No somos conscientes del daño que hacen este tipo de publicaciones: carbón para una caldera que nos pasa factura”, reflexiona Mercedes Wullich, directora de la consultora Gender Capital. La imposición de roles desde la infancia tiene consecuencias a lo largo de todas las etapas de la vida asegura la experta que ha puesto en marcha una “Aceleradora de mujeres”. “Hay quienes aceleran startups y proyectos, yo prefiero acelerar mujeres para que lleguen antes a sus metas. El tiempo es feroz y nuestros objetivos merecen ser urgentes” dice con convicción.

Parte de este empeño, radica en la diversidad de opciones y no en su reducción. ¿Por qué muchos de estos catálogos, funcionan todavía con el rosa y el azul? A las niñas, maquillarse para gustar, realizar las labores del hogar y hacerse cargo de los niños. A los niños, mecánicos, bomberos, policías… “Cuando ellas reciben un cochecito de bebé y ellos un deportivo de juguete, se establecen pautas e idearios que les influirán ya no solo en su niñez, sino también como adolescentes o adultos”, alerta Wullich, también experta en diversidad.

Un buen ejemplo es que aún se sigue hablando de “profesiones de hombre” y “profesiones de mujer”, algo que tiene un claro impacto en las matriculaciones en distintos estudios universitarios. De acuerdo con las cifras presentadas por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, correspondientes al curso académico 2015-2016, el 69,4 por ciento de los matriculados en carreras de la rama de Ciencias de la Salud son mujeres, frente al 30,6 por ciento de los hombres. Estos números contrastan con los correspondientes a los estudios de Ingeniería y Arquitectura, en los que el 74,2 por ciento de los alumnos son hombres y solo un 25,8 mujeres.

“Muchos dirán que hombres y mujeres tienen, por naturaleza, diferentes intereses. Debemos entender que es cultural, y que, en gran medida por esa visión estereotipada de la realidad con la que crecemos, en muchas ocasiones, tomamos decisiones que no están alineadas con nuestros verdaderos sueños”, puntualiza Wullich.

Que haya compañías cuyos catálogos de juguetes apuestan por la diversidad y la igualdad de género, según Mercedes Wullich no es casual. “El cambio no solo es de conciencia, sino que responde a mejores resultados económicos. Actualizarse es fundamental porque la sociedad ha cambiado y ser rancios, no vende”.

Ella lo sabe bien, pues es el cerebro detrás de ‘Las Top 100 Mujeres Líderes en España’, un ranking que destaca a mujeres en todos los ámbitos. “Es tan vital visibilizar el talento femenino, como mostrar todas las realidades posibles a los más pequeños. Por eso es urgente y necesario exigir otro tipo de catálogos y cuando elegimos, penalizar a quienes no lo hacen. El seis de enero tendremos la oportunidad de hacerlo, sintonicemos con los nuevos tiempos, plurales y diversos, concluye la experta en diversidad y liderazgo femenino.