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‘El Ministerio del Tiempo’ viaja al… Londres de 1554

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Lo bueno de que España construyera un día un imperio en el que no se ponía el sol es que, desde las puertas de ‘El Ministerio del Tiempo’, podemos viajar a numerosos rincones del planeta. Esto también ocurre gracias a los muchos matrimonios de conveniencia que se organizaron entre príncipes y princesas de la época. Y precisamente gracias a uno de ellos, esta semana Pacino, Alonso e Irene se trasladan hasta la Inglaterra de 1554. Siglo XVI, época en la que María Tudor, María I de Inglaterra, ya luchaba para restablecer el catolicismo y en la que contrajo matrimonio con el príncipe Felipe II de España. Una unión que, si bien no tuvo fruto en cuanto a herederos se refiere, sí nos dejó uno de los capítulos más interesantes de nuestra historia. 

Hay quien no recuerda que María Tudor llegó a ser reina consorte de España. De la misma manera que hay muchos que no recuerdan o directamente no saben que nuestro Felipe II fue antes Felipe I de Inglaterra. La unión de dos reinos que ahora mismo no tienen prácticamente nada que ver y que, ya en su día, no estuvo exenta de polémica. Tan solo los católicos apoyaban su matrimonio, pero finalmente el Parlamento tuvo que aceptarlo y, gracias a sus modales y su estrategia política, el príncipe de España y rey consorte de Inglaterra se acabó ganando a gran parte del pueblo inglés. 

Incluso lo hizo con quien sería conocida más tarde como Isabel I, hermanastra de María Tudor e hija de Enrique VIII y Ana Bolena. Hay quien dice que la joven llegó incluso a tener cierto interés amoroso en el que era su cuñado, hasta el punto de guardar un retrato suyo en su habitación. En este tercer episodio de la cuarta temporada de ‘El Ministerio del Tiempo’ es precisamente ella la que desencadena el viaje de la patrulla. O, mejor dicho, su asesinato

El Ministerio del Tiempo
Foto: RTVE / David Hernanz

Hermanastras y enemigas

La historia de María Tudor e Isabel I no está protagonizada por el amor fraternal que se podría esperar, sobre todo sabiendo que finalmente fue ésta última la que sucedió a su hermanastra en el trono. Para María, Isabel era una traidora en todos los sentidos. No sólo apoyaba la reforma protestante llevada a cabo por su padre, sino que, al menos desde su perspectiva, conspiraba para arrebatarle a ella el trono. Fue por eso por lo que decidió detenerla y encerrarla en la Torre de Londres

Eso, por aquella época, era casi un sinónimo de ejecución inevitable. Probablemente, la revuelta que se hubiera organizado de haber sido asesinada fue una de las razones por las que María no dio el paso de ordenar su ejecución. Pero fue la intervención de Felipe II lo que provocó que Isabel fuera liberada y se produjera un acercamiento entre ambas hermanastras. El entonces rey consorte, siendo consciente de que Isabel sería una pieza clave en el caso de que María muriera, siempre ejerció de conciliador. De esta manera, se garantizaba una posible nueva unión estratégica tras la muerte de su esposa. 

Sin embargo, María siempre encontró en Isabel a una enemiga, probablemente porque la consideraba una de las causas del abandono sufrido por su padre. Incluso cuando ya la había liberado, intentó que el Parlamento la nombrara hija bastarda, para eliminar así todo posible derecho a la corona. De nuevo, fue Felipe II el que logró convencer a su esposa para que diera marcha atrás. Si Isabel I llegó a serlo y llegó a protagonizar su histórico reinado fue, en gran parte, gracias a los consejos y las persuasiones de quien más tarde sería su enemigo político. 

El Ministerio del Tiempo
Foto: RTVE / David Hernanz

‘Bloody Mary’

Aunque ahora todos pensemos en el cóctel e incluso en la canción de Las Ketchup, la original Bloody Mary fue María Tudor. La reina de Inglaterra es recordada como una de las más sanguinarias y de las más vengativas. Su educación católica y el rechazo de su padre, Enrique VIII, cultivaron un tremendo odio hacia los protestantes y hacia todo aquel que apoyara la reforma. Tanto es así que terminó ordenando numerosas ejecuciones, por las que se ganó la ya mencionada fama de sanguinaria. 

El propio Felipe II trató de contenerla y supo cómo hacerlo: a través del clero. Pidió a su confesor de confianza que le recordara que las escrituras religiosas no hablan de venganzas ni de crueles asesinatos, sino de convivencia. Por momentos, la ira de María se calmaba, pero siempre regresaba. Imagino, sin haber visto aún el nuevo episodio de ‘El Ministerio del Tiempo’, que los guionistas se habrán valido precisamente de ese odio desmedido a los protestantes y de toda su ira acumulada para desarrollar la trama. 

En el 1554 que veremos este martes en La 1 de Televisión Española, María I de Inglaterra acaba con la vida de su hermanastra Isabel, quien nunca llegará a reinar. Esto cambia, por descontado, el pasado, el presente y por supuesto el futuro de España e Inglaterra. ¿Qué hubiera pasado si, tras la muerte de María Tudor, hubiera sido María Estuardo la que tomara la corona? 

Rosa Suria
Periodista. Escribo y hablo continuamente de cine, series y música.

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