Este artículo contiene spoilers de ‘Los favoritos de Midas’.

¿Final abierto o cliffhanger básico con el que mantener a la audiencia atrapada en caso de darse una renovación por una segunda temporada? Podría ser cualquiera de las dos opciones, pero lo que es evidente es que el final de ‘Los favoritos de Midas’ ha dejado muchas preguntas sin responder. Y no solo eso, sino que también ha planteado nuevas cuestiones. Como todo final abierto, independientemente de la intención con la que esté construido, deja en manos del espectador la conclusión o parte de ella. Si lo que parecía estar concebido como una mini-serie finalmente se viese ampliado a una segunda temporada, esa conclusión ya no nos pertenecería. Pero, por ahora, tenemos en nuestra mano el poder de teorizar.

Para ello, primero tenemos que tener claro qué es lo que sí ha cerrado ese último capítulo de ‘Los favoritos de Midas’. Comenzando por la relación de Víctor Genovés y la periodista Mónica Báez. Conforme el chantaje sufrido por el empresario avanza y, por tanto, van muriendo personas aleatoriamente escogidas, los valores de éste se van difuminando. En los últimos compases de la serie, poco o nada queda del hombre capaz de arriesgarlo todo por contar una verdad. Y, por tanto, poco o nada queda del hombre del que Mónica se enamoró perdidamente, atraída sobre todo por ese carácter justo que encontró en él, donde no pensaba hallarlo. La periodista tardó en ver claramente la oscuridad que se había apoderado de él, pero cuando la vio, lo tuvo claro.

Partiendo de su valentía y de su constante lucha por la verdad, Mónica optó por hacer público el chantaje de Los favoritos de Midas, después de investigarlo a fondo. Pero, probablemente llevada por la ansiedad y por la necesidad de acabar con la locura que tenía ante sí, se olvidó de lo más importante: el poder de la organización. Fueron ellos quienes, tras seguir su pista desde que pusieron su mirada en Víctor, acabaron con ella para evitar ser descubiertos. Y lo hicieron en el momento y en el lugar perfectos, en medio de unos disturbios en los que la periodista podría haber fallecido víctima de una caída fortuita, de un mal golpe o de una avalancha humana. El último crimen dentro de la extorsión al exitoso empresario y, por supuesto, un crimen impune más.

A Víctor Genovés no parece afectarle demasiado. Su humanidad se terminó diluyendo entre víctimas aleatorias y ejecuciones arbitrarias. Hasta el punto de llegar a realizarlas él mismo. Con la muerte de Mónica, se acabaron las amenazas y las extrañas comunicaciones. Y antes de ello también se había acabado el Observador Nacional. La visión del protagonista cambia conforme pierde su humanidad. Y en medio de toda esa vorágine de violencia y tensión en la que se encuentra, se olvida de lo que realmente le importó en algún momento, aceptando la fusión de Malvar con otro grande de la comunicación. Nunca nos lo han llegado a mostrar de manera clara, pero sospecho que esa suculenta oferta y la extorsión sufrida por Víctor siempre tuvieron algo que ver.

Así pues, dejamos a Víctor en una posición más segura que nunca, habiendo recuperado, a base de chantaje, a su hijo y manteniendo su alto cargo. También sospecho que lo dejamos satisfecho, sin demasiada culpa, ni siquiera ante la muerte de la persona a la que, supuestamente, quería. Claro que, según vemos, no llega a saber que la muerte de Mónica no ha sido un hecho accidental que ha tenido lugar en medio de los disturbios. Pero, y ahí viene la primera pregunta, ¿realmente no es consciente de quién se encuentra detrás de su fallecimiento? ¿O no quiere serlo?

Lo que abre

La última comunicación que recibe Víctor Genovés por parte de Los favoritos de Midas no sólo confirma el fin del chantaje, sino que le invita a formar parte de la organización. Más bien, da por hecho que querrá formar parte de la misma. Al fin y al cabo, ha preferido mantener su cuenta bancaria intacta y su posición privilegiada a salvo antes que evitar la muerte de diferentes personas inocentes. Esa es la confirmación de que, efectivamente, lo tiene todo para formar parte de la organización, incluidas las ganas.

En los últimos compases de la serie, vemos cómo Víctor Genovés abandona las oficinas de Malvar y se sube a una limusina en la que, teóricamente, le esperan uno o varios miembros de esta poderosa organización. Con esa imagen nos despedimos del empresario, sin saber muy bien con quién se reúne. Ese es el principal interrogante que deja abierto el final de la ficción. Y el que nos da pie a teorizar.

Parece evidente que quien se encuentra con él en la limusina es una persona que conoce. Lo apreciamos en su rostro y también en la aparente serenidad con la que entra en el vehículo. Podría tratarse de algún miembro del consejo de Malvar, alguien conocido, con el que tiene cierta relación, pero no demasiada. Sin embargo, por su constante presencia y por el ambiente en el que se mueve, todo parece guiarnos hacia una dirección muy concreta: Jose. La amiga del empresario revolotea constantemente en torno a él, presume en no pocas ocasiones de su posición exclusiva y no parece tener demasiados escrúpulos. Le conoce, sabe manejarle y sabe cómo puede atraerle, por lo que sería una pieza clave a la hora de introducirle en el selecto club.

Ahora bien, ¿llegaremos a conocer la respuesta a esta pregunta? Netflix es quien tiene la llave para ello. Mientras tanto, cualquier teoría siempre es bien recibida.