HBO es sinónimo de calidad. Siempre. Pero también suele ser sinónimo de complejidad, especialmente si hablamos de géneros como el thriller. En la plataforma, es complicado encontrar un contenido original que se enmarque dentro de este género y cuyo argumento sea plano, vacío o típico. Incluso cuando las tramas caen en tópicos, terminan dando un giro capaz de estallarnos el cerebro. Si a esto le sumamos la firma de Stephen King, no hay lugar a dudas. Y, sin embargo, no me había decidido a ver ‘El visitante’ hasta ahora. 

Curioso, sobre todo porque me considero una amante de las producciones de HBO y una aficionada amateur de las historias de King. Y porque adoro ‘True Detective’, lo cual me empuja a buscar productos similares que calmen mi sed cuando no me sumerjo en eternos revisionados. Razones que no fueron suficientes para que me decidiera a darle una oportunidad a una serie que, mientras tanto, todo el planeta alababa. Así soy, a veces huyo de los fenómenos, y me equivoco. 

Ahora, en plena pandemia, y buscando algo que me atrapara y que me incitara a protagonizar uno de esos maratones que hacía tiempo que no vivía, me topé con ella y las dudas que antes me alejaron de la historia desaparecieron. Efectivamente, como deseaba, ‘El visitante’ me ha atrapado hasta el punto de quitarme horas de sueño, que es lo que más valoro en mi día a día, y devolverme la inquietud por la investigación, la criminología y el esoterismo. Una combinación también curiosa, pero que en la serie de HBO funciona a la perfección. 

¿Qué tiene ‘El visitante’?

Para empezar, a Stephen King. No hay historia mala que salga de ese cerebro. Además, en este caso estamos ante una buena adaptación, que le hace justicia a la novela. Con estos dos primeros pilares, ya debería ser suficiente para apostar por ella. Pero ‘El visitante’ tiene mucho más que la premisa de la que partía, pese a que por sí sólo sea, como digo, suficiente. 

En la serie de HBO se respira la esencia de King, su misterio y esa sensación de que todo es posible, incluso lo más inverosímil. Pero también tenemos una importante parte de investigación policial, oscura y que para mi gusto recuerda enormemente a ‘True Detective’, así como unos personajes complejos que nunca son del todo transparentes, sino que es el propio espectador el que tiene que ir desgranándolos, levantando capa a capa. Ese es, desde mi punto de vista, uno de los grandes atractivos y uno de los principales puntos fuertes de esta ficción, en la que el espectador también se sitúa al límite en todos los episodios. 

Siempre y cuando estemos dispuestos a entrar en la historia, recorreremos el mismo camino que recorre Ralph Anderson, interpretado por un hipnótico y visceral Ben Mendelsohn al que le queda muy bien el papel de hombre bueno. Desde la incredulidad hasta la absoluta entrega, desde la ciencia hasta la fe, aunque no sea en un ente precisamente luminoso. Un camino escabroso, capaz de quitarnos el sueño aunque seamos conscientes de que lo que tenemos ante nosotros es fruto de la imaginación de King, y en el que también se nos da la oportunidad de descubrir mucho sobre nosotros mismos. 

Lo podemos hacer a través de los muchos temas universales que, detrás del thriller y del misterio, trata ‘El visitante’: la muerte, el amor, la soledad, el miedo, la injusticia, los prejuicios… Y también a través de los propios personajes, incluso de aquellos que aparentemente parecen más secundarios, como los hermanos Bolton. Algo que es posible porque en la serie de HBO todos los detalles están trabajados con el mismo empeño y la misma profundidad, lo que se traduce en un producto final impecable y que deja al espectador con numerosas reflexiones, dudas existenciales relacionadas con nuestra realidad y, por supuesto, mucha sed de más.