· FICHA ·
Título: ‘El bosque de las cosas perdidas’
Autora: Shea Ernshaw
Editorial: Puck
Fecha de publicación: 17 de julio de 2020
Sinopsis: Cuidado con los bosques oscuros y sombríos…
En especial, con el bosque que rodea el pueblo de Fir Haven. Algunos dicen que el bosque es mágico. Embrujado, incluso.
Aunque todos dicen que es una bruja, solo Nora Walker sabe la verdad sobre su identidad. Ella y las Walker que la precedieron siempre han tenido una conexión especial con el bosque. Y es esa conexión especial la que lleva hasta Oliver Huntsman, el chico que desapareció algunas semanas atrás, durante la ventisca más violenta de los últimos años. Oliver tendría que estar muerto, pero sigue vivo, abandonado en el bosque sin recuerdo alguno del tiempo en el que estuvo desaparecido.

En este libro encontrarás: un relato mágico, a la altura de un entorno inmejorable. Tensión e intriga, pero también mucho sentimiento y una narración directa que conecta rápidamente con el lector.

Aún me estoy recuperando del revés que me ha dado ‘El bosque de las cosas perdidas’. Un revés más que merecido. Supongo que tengo cierta tendencia a adelantarme a los acontecimientos y a sacar conclusiones demasiado precipitadas. Algo que hice al comenzar la lectura. Poco después de encontrarme con Nora Walker y habiendo conocido mínimamente su historia y sus preocupaciones, quise adivinar el final de la novela. Lo tenía clarísimo, sabía qué iba a ocurrir, cómo iba a ocurrir y en qué momento iba a hacerlo. Por suerte, Shea Ernshaw ha sabido sorprenderme en la tercera parte de la historia. Un desenlace que, para mí, eleva enormemente el nivel del libro. Y en el que comprendemos que todo, hasta aquello que parecía más pequeño, tiene su papel. Que no hay ni un solo cabo suelto.

Con esto, confieso que me costó un poco conectar con la historia de ‘El bosque de las cosas perdidas’ y con su protagonista. Probablemente porque, desde el inicio, tuve la sensación de que ya conocía a Nora. Y es que en ella encontramos a un personaje tipo con el que ya hemos coincidido en alguna que otra ocasión.

Una joven aislada que forma parte de una familia de brujas y que, al contrario que todas las mujeres que la han precedido, no parece tener nada especial. Bastante insegura en según qué aspectos, Nora echa de menos la figura protectora que era para ella su abuela, el ancla que perdió. Y también, aunque lo niegue en numerosas ocasiones, echa en falta tener una parte de la vida corriente del resto: los amigos, las quedadas nocturnas, las confesiones y la seguridad de que hay un hombro sobre el que llorar. Bueno, y el amor.

Si bien es cierto que, efectivamente, Nora Walker comparte muchos rasgos con otros personajes femeninos que conocemos, al final termina conquistándonos. La narración en primera persona ayuda, porque nos mete de lleno en su mente -y en la de Oliver en los escasos capítulos narrados desde su perspectiva-. Es esta narración la que genera una total empatía con el lector, que acaba siendo presa de la angustia de una joven demasiado sola y demasiado metida en un torbellino que no entiende. Y también presa de sus anhelos y de unos sentimientos que van ganando en intensidad según avanzamos en la lectura.

El crecimiento del ritmo, de la tensión y de esta intensidad de la que hablo está bien conseguido y genera el efecto que imagino que busca en el lector. Después de unos primeros compases de lectura que pueden resultar algo lentos, como ocurrió en mi caso, la historia va ganando en magnetismo y los capítulos van pasando a una mayor velocidad. Hasta casi alcanzar un ritmo frenético, empujado por la necesidad de saber que se apodera del lector en la parte final de la novela.

Folklore, magia y un entorno inmejorable

En la construcción de los personajes, Shea Ernshaw ha tirado mucho de modelos arquetípicos. No sólo a nivel de carácter, sino también de trayectoria. Pero le ha salido bien. Y, aunque no hubiera sido así, se lo habría perdonado. Porque la creación del entorno y el papel del folklore y de la magia suponen una razón más que suficiente para apostar por esta lectura. Era lo que se esperaba de la escritora, imagino. Pero no por esperado es menos especial.

Entre las páginas de ‘El bosque de las cosas perdidas’, me he enamorado del Lago Jackjaw, de su entorno montañoso cubierto de nieve y del misterioso y frondoso bosque Wicker. Me he enamorado de las pequeñas casas de madera y de la tranquilidad en la que me he imaginado, entre leña y humo de chimenea. Y también me he enamorado del imaginario de las Walker, de esas mujeres únicas en su especie, que han vivido vidas dispares, pero siempre unidas por ese lugar. Un lugar al que la escritora ha sabido bañar de magia y de misterio. Y de esa certeza de que todo es posible, de que cualquier cosa puede ocurrir entre sus vengativos árboles.

Dentro de esta incorporación de la magia y el folklore, que va apareciendo en pequeñas dosis y se acaba apoderando de todo, no puedo evitar destacar el ‘Libro de hechizos de medicinas del bosque y luz de luna’. Para mí, el gran acierto de Ernshaw. Porque a través de él nos permite conocer las historias de las mujeres Walker y sus sombras nocturnas, aquello que las diferenciaba del resto. Nos da la oportunidad de visitar numerosas vidas sin salir de la historia, mientras comprendemos el verdadero poder de estas mujeres. Y mientras nos colamos en sus particulares recetas, en las que la escritora nos deja una prueba de su enorme imaginación y del increíble universo mágico que guarda en su interior. He disfrutado tanto de estas pequeñas píldoras que, lo confieso, sería la primera en hacerme con el libro completo de las Walker si pudiera.

¿Te va a gustar ‘El bosque de las cosas perdidas’?

Si te gusta el folklore, la magia y los ambientes misteriosos, oscuros y con cierto encanto, definitivamente sí. También si disfrutas de una historia intensa, cargada de sentimiento, pero que deja espacio a la intriga y a la tensión. Y si buscas una narración directa y cercana.