En un contexto desordenado y contradictorio, la forma se vuelve orgánica, la mezcla arriesgada y el concepto utópico. Para contrarrestar el ruido, buscamos algo que nos conecte con la infancia, un juego, un objeto entrañable.
Ordenar las fichas geométricas y encontrar formas reconocibles, el bicolor, los tonos envejecidos, cosas oxidadas, objetos como un molinillo de viento en una ventana, el sentido de giro, sus aspas en movimientos simples, que interrumpe el vertiginoso ritmo de la calle, tienen un significado aplicable a las prendas y proporcionan el marco adecuado, para detener el tiempo y crear uno nuevo.
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