Esta crítica no contiene spoilers de ‘Palm Springs’.

Dicen que de una boda siempre sale otra. Y, sobre todo, dicen que en las bodas se liga. Este, además de ser un tema recurrente en las conversaciones de grupos de amigos en los que alguno se plantea dar el paso, es un foco de inspiración si hablamos de ficción. Especialmente si hablamos de un género como es la comedia romántica. Hay que admitir que un enlace, con su ceremonia y su posterior banquete, es el escenario perfecto para un buen lío de faldas. Aunque quizá esa expresión haya quedado un poco obsoleta y esté pecando, una vez más, de añeja.

Pero si a ese escenario perfecto le añades algo de ciencia ficción y dos personajes encantadores, la ecuación mejora. Y el resultado, en consecuencia, también. Es lo que ocurre con ‘Palm Springs’, película dirigida por Max Barbakow y guionizada por Andy Siara, que se estrena el próximo 29 de enero en Movistar+. Andy Samberg y Cristin Milioti son los encargados de dar vida a Nyles y Sarah, los dos protagonistas de esta surrealista historia de amor. Él aterriza en Palm Springs como acompañante de su novia, una de las damas de honor de la boda de Tala y Abe. Y ella, hermana de Tala, lo hace como una de esas damas de honor. Ninguno de los dos imagina que terminarán atrapados en un bucle temporal, del que es imposible salir.

Con este elemento surrealista y en un ambiente que parece sacado de la fantasía de un oficinista desatado, Nyles y Sarah comienzan a conocerse. Y, en medio del sinsentido, le dan sentido a sus vidas. La comedia y, por tanto, el humor están presentes de inicio a fin. Pero ‘Palm Springs’ se atreve a ir más lejos y a jugar con todos los elementos. Se atreve a profundizar, aunque no en exceso, en el background de los protagonistas. Y nos presenta, en definitiva, una historia de amor gamberra, pero con mucho encanto. De esas que, después de verlas con atención, apetece vivirlas en primera persona.

Una comedia muy divertida

Además de ser ese romance que a todos nos gustaría experimentar, esta es, ante todo, una película divertida. En la que el humor, aunque muchas veces absurdo, funciona. En parte porque tanto Andy Samberg como Cristin Milioti atrapan en solitario y, especialmente, en conjunto. Pero también porque el humor aparece en su dosis correcta. No hay sobrecarga de comedia y el guion no se queda corto en ningún momento. Sabiendo balancear a la perfección los compases más tiernos con los más canallas. Que los hay, vaya si los hay.

A esto se le suma quizá el aspecto más importante, el que ha hecho que ‘Palm Springs’ sea una de las películas más aplaudidas de los últimos meses y, sin duda, una de mis comedias románticas favoritas de los últimos años. La originalidad de la idea de la que parte. Es cierto que los bucles temporales no son nuevos para nadie. Y que nos hemos acercado a ellos de diferentes maneras y a través de diversas historias. Pero hacerlo desde la comedia y con un romance como hilo conductor es novedoso, es atrevido y funciona de maravilla.

También funciona a nivel estético y a nivel de ritmo. Incluso cuando se dan giros más predecibles de lo que quizá podríamos desear. Lo curioso es que, considerándome una espectadora que no tiene en muy buena estima lo predecible, esto no me ha molestado. Porque el visionado es magnético y sencillo. Y te sumerge en ese mundo surrealista de color, en el que el tiempo no existe y en el que uno puede hacer lo que quiera. Salvo lo que realmente desea.

‘Palm Springs’ es tan divertida y tan sencilla de ver, siempre en el buen sentido de la expresión, que terminé el visionado deseando comenzarlo de nuevo. Con esas cosquillas en el estómago que sólo surgen cuando hay una conexión real. Bueno, y cuando el amor llama a la puerta. Ese es otro de los logros de la cinta. Consigue que quieras vivirla, que quieras enamorarte y que quieras conocer ese mito de la media naranja. Siendo tú y siendo libre. Como lo es la propia cinta. Auténtica, atrevida, gamberra y cargada de verdad dentro de su surrealismo.

‘Palm Springs’ se estrena el próximo 29 de enero en Movistar+.