Puede que durante un tiempo fuera una figura controvertida, pero la polémica quedó atrás. Christopher Tolkien finalmente recibió parte del reconocimiento que merecía, y por fortuna pudo tenerlo en vida. El tercer hijo de J.R.R. Tolkien, creador de la Tierra Media, ha fallecido a los 95 años de edad, y el mundo literario, liderado por los seguidores de esta gran obra como Aragorn lideró a los suyos, ha querido recordarlo. De nuevo como se merece. Como el más grande guardián, protector e impulsor de la obra de su padre.

Desde que ‘El señor de los anillos‘ comenzó a gestarse en la cabeza del genio, contó con su hijo como apoyo y aliento. Christopher revisó, corrigió y disfrutó del material que su padre le facilitó durante casi trece años. Fue también él quien insistió en la necesidad de que ‘El Hobbit‘ no permaneciera como un simple cuento que un padre narraba a sus hijos antes de dormir; de no ser por Christopher, seguramente no gozaríamos de ese relato como hemos tenido oportunidad de hacer. De no ser por Christopher, tal vez hubiera caído en el olvido. Siempre al lado de su padre, siempre guardián de su obra, cuando éste faltó fue tarea suya administrar el amplísimo y complicado imaginario del escritor. Quien haya tenido oportunidad de observar más de cerca la obra conjunta, sabrá lo que esto significa.

Tolkien (padre) escribió mucho, durante toda su vida, y toda su vida estuvo dedicada a este fantástico universo que creó y detalló y amplió y corrigió en numerosas ocasiones, pero no habría sido posible tener buena parte de los textos finales que han llegado hasta nosotros de no haber sido por la labor de Tolkien hijo. Durante años, rebuscando en cajones, revisando documentos, borradores, anotaciones en hojas sin aparente importancia, una vez que su padre ya faltó, Christopher se dedicó a poner orden a esa fantástica maraña de ideas. Rediseñó los mapas de la Tierra Media, revisó leyendas y mitologías, y nos dio ‘El Silmarillion‘. ‘El señor de los anillos’ es una impresionante obra de literatura fantástica; ‘El Silmarillion’ sostiene en parte esa obra. Todo lo que digamos referente a su valor literario se quedará corto.

El trabajo que realizó Christopher Tolkien es impagable. Como digo, fue una figura controvertida durante muchos años, pues se consideró que quería poco menos que aprovecharse de la fama que cosechó su progenitor para hacerse un hueco en el mundo editorial. Nada más lejos de la realidad. Además de haber ejercido como profesor, su principal objetivo siempre fue divulgar el trabajo de su padre, completarlo cuando fuera necesario y ampliarlo con el conocimiento adquirido en horas de escucha y lectura, sin atribuirse más mérito que el de haber estado cerca del genio.

J.R.R. Tolkien creó un mundo mágico en el que nos permitió vivir a todos, y Christopher Tolkien ha conseguido que nuestra estancia en este mundo sea más rica de lo que alguna vez pudimos imaginar.