Antes de hablar de ‘Kamikaze’, hablemos de cuánto triunfa Álex Pina en televisión. No se trata únicamente de ‘La casa de papel‘ (2017), su éxito más evidente; antes de ‘La casa de papel’ fue ‘Vis a Vis‘ (2015); antes de ‘Vis a Vis’ fue ‘Los hombres de Paco‘ (2005), antes de ‘Los hombres de Paco’ fue ‘Los Serrano‘ (2003). Por el camino, ‘El barco‘ (2011), y después ‘El Embarcadero‘ (2019). En unos días estrena en Netflix ‘White Lines‘; también tiene pendiente ‘Sky Rojo‘. Es un hecho: Álex Pina le tiene tomado el pulso a la ficción televisiva. Ni siquiera me acuerdo de ‘Bienvenidos al Lolita’ (2014).
Precisamente fue en 2014 cuando estrenó el que ha sido su único largometraje hasta el momento: ‘Kamikaze‘. Dirigido y escrito por él mismo, esto último en colaboración con Iván Escobar, ‘Kamikaze’ está protagonizada por Álex García, Eduardo Blanco, Verónica Echegui y Héctor Alterio (en un papel maravilloso), entre otros nombres de nuestro cine. Como sinopsis, podríamos decir lo siguiente:
Slatan (Álex García) es un hombre de Karadjistan a quien le mueve el dolor, el rencor y la venganza. Por ello, planea atentar en un vuelo que lleva a más de 300 pasajeros de Moscú a Madrid. Sus planes, sin embargo, se tuercen cuando una tormenta de nieve les impide volar; deben trasladarse, entonces, a un hotel de montaña donde tienen que convivir unos días. El potencial terrorista se ve obligado a conocer a las mismas personas a las que iba a asesinar.
El tema parece complejo (lo es), pero en ningún caso se vuelve incómodo para los principios morales del espectador. No nos plantea otra cara del terrorismo, no quiere blanquear nada; creo, más bien, que pretende enseñarnos el dolor y la rabia de un hombre que tiene también mucha humanidad y que está desesperado. Y, con el estilo propio de Álex Pina, tan interesado como yo misma en hacer que se entiendan personajes que son opuestos, nos lleva a pensar que con un poquito de cariño y de comprensión ese dolor y esa rabia pueden dar paso a algo más.
Con un Álex García fantástico, a quien siempre voy a recordar por este papel casi por encima de cualquier otro por lo estupefacta que me dejó, en ‘Kamikaze’ conocemos a los personajes, con sus particularidades, y disfrutamos con algunas de sus historias. Destaco a Héctor Alterio y también a Eduardo Blanco, porque ambos tienen un peso fundamental en la trama, aunque repartido de diferente manera. También con Verónica Echegui nos atrevemos a sonreír.
Al final, ‘Kamikaze’, que se mueve entre géneros sin instalarse en ninguno por completo, es una película de esas que te reconcilian un poco con la humanidad, de esas que te hacen sentirte bien. Una de esas películas en las que lo que más importa son los sentimientos que la mueven, y los sentimientos que provoca. Y a veces no se necesita nada más que eso: una sonrisa cuando acaba el visionado. Yo siempre la he tenido durante y después de verla. Y ahora que voy conociendo a Álex Pina, me gusta reconocer sus huellas aquí.
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