Es paradójico estar escribiendo esto días después de que Martin Scorsese arremetiera duramente contra el cine de superhéroes, especialmente contra las películas de Marvel. Declaraciones desacertadas que se siguen sucediendo y que están provocando que muchos comiencen a ver al director estadounidense como un cineasta anclado en un pasado y en un cine que considera superior al resto. En mi caso, digamos que he preferido obviar sus palabras, porque valoro y admiro demasiado su trabajo como para tener que ponerme en la tesitura de enfrentarme a su figura. ¿Hipócrita? Es posible. Pero a estas alturas pongo al cine por encima de (casi) todo. 

Y si hablamos de cine en estos días, es imposible no hacerlo de ‘Joker’. La película de Todd Phillips apuntaba a fenómeno desde el lanzamiento de sus primeros tráilers, por no decir que lo hacía desde que se confirmó que Joaquin Phoenix sería el encargado de dar vida al payaso más famoso del séptimo arte -con permiso de Pennywise-, pero su triunfo en Venecia la encumbró antes de su estreno. Un triunfo que nos estaba avisando de que teníamos ante nosotros el que puede ser uno de los films que marquen esta primera mitad de siglo, por su calidad técnica, narrativa e interpretativa, pero también por lo que cuenta y por el subtexto que acompaña a cada escena. 

Y, de nuevo, si hablamos de películas que marcan siglos, que cuentan y que tienen casi más subtexto que líneas en el guión, también es imposible no hacerlo de ‘Taxi Driver’. La película de Martin Scorsese está considerada como una de las más influyentes del pasado siglo XX y aparece en todas las listas de largometrajes de culto que podrás encontrar en Internet. Un título de visionado obligatorio que, pese a que ya ha cumplido 40 años, no envejece. Principalmente porque su historia, la de Travis Bickle, no lo hace y continúa siendo la historia de muchos miembros invisibles de nuestra sociedad, que se pierden poco a poco entre la crueldad y el sinsentido que domina nuestro día a día. 

Desde el comienzo de ‘Joker’ queda bastante claro que Todd Phillips y Scott Silver, guionistas de la película, se han inspirado en la historia que contó Martin Scorsese en 1976 para contar estos orígenes del enemigo de Batman. Paso a paso, el espectador puede comprobar cómo los caminos de Travis Bickle y Arthur Fleck son prácticamente paralelos, cómo ambos personajes se van perdiendo en ellos y cómo finalmente no somos capaces de señalar al verdadero villano y no queremos o no podemos distinguir entre el bien y el mal, entre lo correcto y lo incorrecto, entre héroe y villano. 

Más allá de la historia

Es más que evidente que Phillips y Silver se han inspirado en la vida y obra del taxista neoyorkino interpretado por Robert De Niro para crear su propia historia. Incluso el propio director lo ha afirmado. El cine de Scorsese ha sido su mayor pasión durante gran parte de su vida, y eso se ve reflejado en su trabajo, en este caso en ‘Joker’. De hecho, dejando ‘Taxi Driver’ a un lado, seguimos encontrando guiños, referencias u homenajes al director estadounidense. 

El propio personaje de De Niro en ‘Joker’, Murray Franklin, está claramente influenciado por ‘The King of Comedy’, como también lo está el propio Arthur Fleck. De hecho, esa escena en la que Arthur se imagina acudiendo al programa de su ídolo y arrasando en él nos traslada directamente a este clásico de 1982, en el que también conocemos a un aspirante a cómico que busca la ayuda del mejor presentador de Estados Unidos para lograr su sueño. La sinopsis ya nos lo dice todo, y en esta ocasión creo que es más homenaje que inspiración. 

Pero más allá de la trama, la firma de Martin Scorsese está presente en la propia estética de la cinta. La Gotham de Todd Phillips tiene mucho en común con la Nueva York que el director estadounidense nos presentó como marco y escenario principal de la acción en ‘Taxi Driver’. No sólo por los altos edificios y las calles sucias, sino también por la oscuridad que esconden todos sus rincones, por la otra suciedad que se nos presenta, la de sus gentes. Un mundo que tiene demasiado en común con un vertedero y que transmite desconfianza, frío, pavor y angustia al espectador, ya sea bajo el nombre de Gotham o el de Nueva York. 

La ‘Taxi Driver’ del siglo XXI

Es lo primero que pensé al salir de la sala de cine, cuando conseguí levantarme del asiento y cerrar la boca -tarea nada sencilla, como compartirán aquellos que ya hayan disfrutado de ‘Joker’-. La película de Todd Phillips es, por sus similitudes pero también por méritos propios, la ‘Taxi Driver’ de nuestro siglo. Una película reflexiva, dura y que refleja lo que nunca queremos ver ni mostrar de nuestra sociedad. 

Para quienes no sientan demasiada afición por el cine clásico, tienen aquí una oportunidad de reencontrarse con una historia fundamental, aunque llegue con otro rostro y otras circunstancias. Y para quienes ya vivíamos enamorados de la obra de arte que es la cinta de Martin Scorsese, encontramos en ‘Joker’ una especie de adaptación, una vuelta de tuerca a lo que él nos entregó, que también puede entrar ya en la lista de obras maestras del cine moderno.