Todo el que me conoce sabe que siempre, sin excepción, tengo series para recomendar. Un clásico, un estreno reciente o un título que ha pasado desapercibido. Suelo apostar por aquello que más me ha entusiasmado, como cuando pasé meses tratando de convencer a todo mi entorno de que viera ‘The Night Of’. O las más recientes obsesiones con ‘Years and Years’ y ‘Así nos ven’. También quien me conoce sabe que soy incansable y que no suelo darme por vencida hasta que consigo que apuesten por aquello que he recomendado.
Generalmente lo hago porque quiero que las personas de mi entorno sientan lo mismo que he sentido yo viendo esas series. Y que se entusiasmen tanto como lo he hecho yo. Para llevar a la vida real los comentarios que ya he emitido en Twitter y para debatir acerca de los diferentes dilemas que he ido encontrando. No puedo evitarlo, soy una seriéfila compulsiva. Y una ‘recomendadora’ compulsiva.
Esta semana he optado por viajar a mi pasado seriéfilo para rescatar las cinco series que considero fundamentales. Esos cinco títulos que me han construido como seriéfila. No están aquí mis series favoritas, pues faltan algunas de las más recientes, como las anteriormente mencionadas. También faltan títulos como ‘Big Little Lies’ o ‘El día de mañana’, que llegaron a mí cuando ya era una seriéfila hecha y derecha. Y no hicieron otra cosa que confirmar mi amor infinito por este formato y por muchas de las historias que se cuentan en él.
‘Lost’
La serie. La que lo cambió todo en el panorama seriéfilo mundial. Y la que confirmó algo que sospechaba desde que la siguiente serie me atrapó. La historia de los supervivientes del accidente del vuelo 815 de Oceanic sigue resonando en mi interior, años después de su cierre. Un cierre que, por cierto, para mí sí fue satisfactorio. De ella me enamoró todo. Las diferentes tramas que se fueron entrelazando desde su comienzo y que supusieron siempre un reto para mí. La construcción de todos sus personajes, en la que se aprecian un gran mimo y una importante dedicación de principio a fin. Y las muchas reflexiones que se nos plantean a partir de sus diferentes capítulos. La de ‘Lost’ es una de las mejores historias que ha visto la televisión. Y, sin duda, la culpable de que muchos seriéfilos de hoy en día comenzáramos a amar el formato.
‘Heroes’
Quizá sorprenda a muchos, pero ‘Heroes’ fue mi inicio en todo esto. ‘Lost’ fue, como he señalado, la confirmación del amor. Pero ‘Heroes’ fue el flechazo. Antes de ella, ya había visto series en televisión. Ficciones nacionales, como ‘Periodistas’ o ‘Compañeros’, e internacionales, como ‘The OC’ o ‘Expediente X’. Pero ninguna me había llevado a bucear por internet y a apostar por la versión original, hasta que llegaron Peter Petrelli y compañía. También gracias a ella descubrí una sorprendente atracción hacia la ciencia ficción y hacia el mundo de los súperheroes, que hasta el momento no me habían atrapado demasiado. Supuso el comienzo de un viaje que continúa siendo apasionante. Y, aunque evidentemente me he topado con mejores series a lo largo de los años, continúa ocupando un lugar especial en mi memoria. Y también continúa entusiasmándome, no voy a mentir.
‘Cuéntame cómo pasó’
Otra de las que me han acompañado durante toda mi vida seriéfila es ‘Cuéntame cómo pasó’. Es imprescindible para mí, pero creo que debería serlo para todo el mundo. Por la manera que tiene de acercarnos a nuestra historia y mostrarnos los diferentes cambios que ha ido sufriendo nuestra sociedad. Y porque también nos permite apreciar la evolución de nuestra industria audiovisual. Esta es una de las series de mayor calidad técnica de nuestro país, a todos los niveles. Y uno de esos títulos que ya se estudian como parte de nuestra historia audiovisual. Para mí, es una especie de reencuentro con mi infancia, con mi adolescencia y con mi madurez. Y un hogar al que acudir en familia, como se veía antes la tele y como sigo viéndola cada vez que se emite un nuevo episodio. Con la magia de los viejos tiempos.
‘Sons of Anarchy’
Qué tarde llegué a ‘Sons of Anarchy’ y qué tarde llegó ‘Sons of Anarchy’ a mí. Pero dicen que nunca es tarde si la dicha es buena. No me hizo falta más que un episodio para enamorarme de lo que veía en la pantalla, de esa representación de las bandas de moteros más clásicas y de su mundo. Hizo mucho el personaje de Jax Teller, una joya mirándolo desde cualquier perspectiva. Y también hicieron mucho las mujeres de su vida: Tara y Gemma. De esta serie, me apasionaron y me apasionan los enfrentamientos constantes, las conversaciones plagadas de subtexto y su marcada estética. También la construcción de sus personajes y la escalada de tensión que domina cada una de sus temporadas. Hay testosterona para dar, tomar y regalar. Pero es imposible no disfrutar de esta maravilla que nunca abandonará la lista de mis series imprescindibles.
‘Juego de Tronos’
No podía faltar. Confieso que, por un tiempo, abandoné ‘Juego de Tronos’. Demasiadas muertes que me enfadaron, algunos cambios que no comprendí y una quinta temporada que no llamaba mi atención tuvieron toda la culpa. Pero la excelencia de sus primeras temporadas siempre me llevaba de vuelta, hasta que finalmente conseguí superar ese escollo y llegué a la última y desastrosa entrega a tiempo. Ya se ha dicho todo de ella. Pese a su insatisfactorio cierre, continúa siendo una de las maravillas que todo seriéfilo debería ver al menos en la vida. La representación perfecta del imponente universo creado por George R.R. Martin. Un perfecto entramado de historias y de personajes que lo tiene absolutamente todo para gustar. Y en el que siempre da gusto volver a sumergirse.
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