Cada vez más, nos sentimos irremediablemente atraídos por Dinamarca y la vida tranquila que parecen proponer sus localidades, Copenhague incluida. En estas líneas, sin embargo, dejamos de lado la capital danesa, las islas de Selandia y Amager, y también la península de Jutlandia. Nos trasladamos hasta la isla de Fionia, donde resiste el paso del tiempo Odense, la tercera ciudad más grande del país, con una cifra inferior a los 200.000 habitantes.
Odense nos propone paseos tranquilos, arquitectura típica danesa, que también ha resistido al paso del tiempo, una buena adaptación a los tiempos modernos en los que vivimos y un ambiente propio del país con el que el turista puede sentirse cómodo de inmediato. Antes de empezar nuestro recorrido oficial, antes de repasar esa figura mundialmente conocida que protagoniza la mayoría de las visitas iniciales, localizamos Odense en el mapa:
Odense es mundialmente famosa por ser el lugar de nacimiento de Hans Christian Andersen, el escritor de cuentos mundialmente conocidos como ‘La sirenita’, ‘El traje nuevo del emperador’ o ‘Patito feo’. Puede imaginarse la cantidad de atractivos turísticos que existe en Odense con la excusa de repasar la vida y obra de uno de los escritores más exitosos del siglo XIX. En torno a la casa-museo de Hans Christian Andersen se vertebra, además, la parte antigua de la ciudad, en la que se da ese fantástico fenómeno de sentirnos en otro momento de nuestra historia. De nuevo esa arquitectura danesa que visualizamos con tanta facilidad en nuestra cabeza: casas de colores perfectamente conservadas que nos trasladan a otros siglos. Es un placer pasear por estas calles tan tranquilas, al mismo tiempo tan animadas con esos colores, tan alegres.
Odense, al margen de Hans Christian Andersen, es una ciudad perfecta para pasear con tranquilidad, para descansar y también para plantearla como punto de inicio para otras excursiones por la isla. Con respecto a lo primero, son varios los lugares que podemos visitar en nuestro paseo, que se realiza mejor sin reloj y sin mapa. Así, toparemos con la Catedral de St. Knud (la Catedral de San Canuto), que es en realidad una segunda versión del edificio original, construida en piedra a finales del siglo XI para albergar los restos del rey Knud IV de Dinamarca. Todavía se conservan los restos de este edificio, destruido tras una guerra civil. A comienzos del siglo XIV, comenzaron las obras de construcción de la catedral gótica de ladrillo de la que podemos disfrutar hoy en día.
Por lo demás, Odense tiene un par de iglesias que merece la pena visitar o parques como el HC Andersen Haven, que es el remanso de paz definitivo. No es una ciudad para recorrer mapa en mano: es una ciudad en la que pasar unos días en los que nos apetezca apostar por la tranquilidad, por los paseos sin rumbo fijo ni un fin determinado. Y una ciudad perfecta, qué duda cabe, para acercarnos a la atractiva figura de Hans Christian Andersen, y quizá revivir alguna de sus historias.
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