En pleno siglo XXI, creo que ya ha llegado el momento de romper con la absurda norma no escrita que dice que si disfrutas del cine de autor, no puedes disfrutar de los blockbusters. Y con ello quiero empezar mi recomendación semanal. Estoy cansada de que no se nos permita, como espectadores, alabar todo tipo de largometrajes. O, lo que es peor, disfrutar de ellos. Personalmente, me derrito con el cine de Xavier Dolan y Almodóvar me llega como pocos. Pero también me emociono, río y sufro con películas como ‘Operación U.N.C.L.E.’. Sí, habrá sibaritas cinéfilos que se estarán llevando las manos a la cabeza. Si eres uno de ellos, siento haberte decepcionado. Ser fan de Scorsese o del Eastwood más puro no ha impedido que la cinta de Guy Ritchie sea uno de mis comodines preferidos.

Esta es una de esas películas a las que es fácil acudir cuando el día se tuerce. O simplemente cuando la pereza o el aburrimiento pesan demasiado. Una sensación que, en mi caso, relaciono rápidamente con el verano. Al igual que hago con el largometraje de espías. Puede que lo relacione porque se estrenara durante esta época del año. O puede que lo haga porque, desde que llegó a los cines, siempre he regresado a ella en los meses más calurosos del año. Como si fuera una especie de piscina en la que sólo hay espacio para el entretenimiento.

Por encima de todo, encuentro en ‘Operación U.N.C.L.E.’ una película entretenida, divertida y emocionante. Claro que hay aspectos complejos que dan para análisis. Pero el sentir general es ese. Su visionado es amable y relativamente sencillo, su dirección es atrevida y trepidante en algunos momentos y las interpretaciones del trío protagonista son sencillamente deliciosas. No se les ha vuelto a ver juntos en la gran pantalla, y creo que la industria cinematográfica se está perdiendo a un equipo inmejorable. Por sorprendente que pueda resultar a primera vista, Alicia Vikander, Henry Cavill y Armie Hammer parecen haber nacido para actuar juntos.

Equilibrio perfecto

Uno de los aspectos que más valoro de ‘Operación U.N.C.L.E.’ es el equilibrio existente entre trama, ritmo, dirección, interpretaciones, guion y fotografía. Todos los elementos que construyen la cinta están en su perfecta proporción, entregándonos un producto final más que aceptable. No es sublime, eso está claro. Ni es lo mejor de Guy Ritchie. Pero sí creo que esta es una buena película que, además, cumple con el objetivo inicial que se marca: entretener.

Todo en ella gira en torno al espionaje en tiempos de Guerra Fría. Estados Unidos contra Unión Soviética. Dos realidades aparentemente opuestas que, de repente, se ven obligadas a trabajar de manera conjunta para asegurar el bien común. Así, nos sumergimos en un mundo que reconocemos, pero que nos sorprende, y en el que los tres protagonistas se mueven como peces en el agua. Tirando de picardía, de juegos en los que también entra el espectador y de recursos que, aunque conocidos, disfrutamos enormemente desde el otro lado de la pantalla.

En la propia trama también existe un equilibrio, entre los personajes y sus líneas argumentales. Así, se fomenta un mayor acercamiento con los tres protagonistas, que acabarán sintiéndose casi como parte de nuestro grupo de amigos. Confieso que, en más de una ocasión, le he hablado a la pantalla. Sobre todo a Illya, con quien, a lo largo de los visionados, he ido desarrollando un lazo especial. En mi caso, esto no es extraño. Soy una espectadora muy pasional. Pero apuesto a que, si sigues mi recomendación, te encontrarás en un punto similar.

¿Para cuándo? ¿Para quién?

Desde que la vi la primera vez, tuve claro que ‘Operación U.N.C.L.E.’ es una de esas películas que gustan a todo el mundo. Perfectas para cualquier momento y para cualquier persona. Como en su día lo fue ‘Ocean’s Eleven’, típico título que, cada vez que se colaba en nuestra televisión, veíamos en familia como si fuera la primera ocasión. Aunque, por ahora, la cinta de Guy Ritchie no cuenta con la misma popularidad, tiene todas las características necesarias para seguir su camino.

Su gran capacidad de entretenimiento genera una evasión casi inmediata del espectador o, en este caso, mía. Por eso, también creo que es una película perfecta para cuando necesitas desconectar, alejarte de todo y disfrutar sin preocupaciones durante un par de horas. Sí, diría que es un método ideal de desconexión para emergencias y también para cuando las dudas amenazan con dejarnos sin visionado. Un comodín para verano. Para otoño. Para invierno. Y para primavera.