Hace ya tres años que disfrutamos del último episodio de ‘Sherlock‘. Hace algo más de tres años, en realidad: un 15 de enero de 2017. Y no es el último porque la BBC, sus creadores o sus protagonistas hayan asegurado que no vaya a haber nada más después: es el último porque, sencillamente, no hemos tenido nada más. Ha sido el último en emitirse, y lo cierto es que siendo como fue el problema final, podría poner el punto y final a la trayectoria de una de las series con más éxito del canal británico.

¿Qué sabemos a este respecto? Sabemos que antes de la emisión de esta cuarta temporada, coincidiendo más o menos en tiempos con la producción del episodio especial que se emitió en las Navidades de 2016, la intención era desarrollar tanto una cuarta como una quinta entrega. El principal problema siempre ha sido las complicadas agendas de sus protagonistas, Benedict Cumberbatch y Martin Freeman, que en los últimos años no han dejado de trabajar.

Las declaraciones realizadas en torno a este asunto pueden tomarse como contradictorias, pero en mi humilde opinión creo que han sido consecuencia de cómo estaban las cosas en el momento de realizarlas. Cuando parecía que iba a ser posible llevar a cabo esa quinta temporada, Steven Moffat, uno de sus creadores, hablaba con total libertad de las ideas que ya había desarrollado junto a Mark Gatiss (creador y protagonista, Mycroft Holmes) para la quinta temporada. Decía, por cierto, que eran muy buenas. Poco tiempo después, sus palabras no eran tan esperanzadoras y prefería conformarse con haber cerrado la serie (si es que estaba cerrada) con un final que podía tomarse como definitivo y que estaba a la altura. Como ya he dicho, el último capítulo, ‘El problema final’, podía valer como, precisamente, punto y final.

Mientras tanto, Steven Moffat y Mark Gatiss se embarcaron en un proyecto que les ha ocupado todo este tiempo de espera para los fans de ‘Sherlock’: la creación y el desarrollo de ‘Drácula‘, una mini-serie de tres episodios, también para la BBC, que ha pasado sin pena ni gloria por la parrilla televisiva.

Volvemos a sus protagonistas. Ha habido una cierta polémica con ellos, porque Martin Freeman afirmó, en una entrevista con ‘The Telegraph’ hace un par de años, que había dejado de ser divertido hacer ‘Sherlock’, sobre todo por las expectativas y las presiones de los seguidores, entregados a la serie como en pocos fenómenos. Tiempo después, Benedict Cumberbatch respondía a su compañero ante el mismo medio, calificaba de “patético” este sentimiento y se posicionaba en el lado contrario; el actor siempre se ha mostrado partidario de dar vida al detective tanto tiempo como pueda hacerlo. Esto evidentemente preocupó: con un enfrentamiento entre ambos, que siempre habían mostrado una gran relación, el desarrollo de esa ansiada quinta temporada se convertía en un sueño imposible.

Bien, tranquilidad. Este pasado verano, Martin Freeman conversaba con ‘Collider’ sobre todo esto y no solo dejaba claro que su relación con Cumberbatch (a quien llamaba “Ben” constantemente) seguía siendo cercana, también abría la puerta a la continuidad. Freeman se mostraba dispuesto a hacer esa quinta temporada siempre y cuando la propuesta fuera atractiva. Lo que vino a decir en esta entrevista fue: una cosa como ‘Sherlock’ debe concluir por todo lo alto, no hay que alargarlo si existe la sensación de haberlo contado todo, la cuarta temporada concluyó de tal manera que puede ser un hasta luego o un final definitivo y solo tiene sentido hacer una quinta si de verdad hay algo que contar. Eso, y que están todos muy ocupados. De hecho, Freeman ha estrenado hace poco ‘Bendita paciencia’ (disponible en HBO España) y Cumberbatch tiene varias películas en post-producción, además de otros títulos como ‘Ironbark’, un drama de la Guerra Fría que se estrenó en el pasado Festival de Sundance con buenas críticas.

Por tanto, ¿qué sabemos? Sabemos que la trama para una quinta temporada existe, sabemos que aun con reticencias hay intenciones de ponerla en marcha y sabemos que todos los principales implicados tienen agendas muy apretadas.