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Arvin Russell: una historia de supervivencia y perdón

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Arvin Russell (Tom Holland) es el protagonista (y anti-héroe) de la película ‘El Diablo a todas horas’. Esta película dirigida por Antonio Campos (‘Afterschool’, ‘Simon Killer’ y ‘Christine’) se estrenó en Netflix el pasado 11 de septiembre de 2020. Este thiller está basado en su novela homónima, escrita por Donald Ray Pollock. Tanto la novela como la película cuentan el lado más fanático de la religión y todas las desgracias que puede acarrear.

La acción tiene lugar en un pueblo de Ohio y el eje de toda esta historia es el personaje de Arvin Russell. Un chico que ha sufrido la perdida de sus dos padres, el maltrato psicológico de su padre cuando era niño y ha estado toda su vida atormentado por la idea de religión tan peligrosa que le han intentado inculcar.



El rechazo a la religión

Esta es una de las características principales del personaje de Arvin. Dentro de su núcleo familiar (madre, padre, abuela, tío y hermanastra) es el único que presenta un gran rechazo y escepticismo a la religión desde muy niño. Es cierto que su aversión crece cuando su madre esta enferma y su padre se refugia en la religión de forma enfermiza, arrastrando a su hijo con él. Pero antes de estos hechos, Arvin no mostraba gran interés en satisfacer a su padre y rezar con él. Vemos como, incluso a una edad tan temprana, parece cuestionarse todo lo que hay alrededor de la fe.

Cuando ya es adulto, Arvin no comparte la forma de vivir la religión que tiene su familia, sobre todo Lenora. No le gusta acudir a la iglesia ni le ve sentido a los rezos diarios de su hermanastra, planteándole incluso la utilidad de estos. Cuando todo el pueblo está emocionando con la llegada del nuevo párroco, Arvin le dice a su abuela que es “solo un predicador”. Esta desvinculación con la religión solo incrementa a lo largo del filme. Y el supuesto suicido de Lenora y que nadie le dedicara unas plegarias, porque quitarse la vida era considerado un pecado, es solo la gota que colma el vaso.

En “El Diablo a todas horas”, Arvin es de los pocos personajes que parecen estar fuera de este fanatismo religioso. El único que, podríamos aventurar, que no tiene ningún tipo de fe.

Las similitudes con su padre

A pesar de la aversión y rencor de Arvin hacía su padre, Willard, podemos ver como se van pareciendo más y más cada vez que avanza la historia. Estas similitudes no las vemos solo con sus actos, sino que también con los lugares en los que transcurre la historia de ambos personajes y por pequeñas acciones que comparten. Por ejemplo, Arvin se queda con la habitación de su padre cuando era joven. A Willard le vemos en esa misma habitación contemplando el cuadro de Jesús cargando con la cruz con la que va a ser crucificado. En el caso de Arvin, le vemos mirando este mismo cuadro minutos antes de ir a acabar con el Predicador Preston. La cruz es un símbolo que une a padre e hijo en el tiempo. El comienzo de sus diferencias y conflictos, pero también un elemento presente en su reconciliación. También vemos el paralelismo entre padre e hijo cuando Arvin cuida de Lenora como Willard lo hizo de su madre Charlotte.


El diablo a todas horas
Foto: Glen Wilson/Netflix © 2020

Y por supuesto, las enseñanzas y hechos violentos vividos con su padre acaban conformando la personalidad de Arvin. Acaba enfrentándose a los matones que molestaban a Lenora recordando como su padre le incitaba a hacerlo con los niños que le acosaban cuando era pequeño. Y lo hizo de la misma forma violenta que su padre usó contra los cazadores que habían hablado sobre abusar de Charlotte.

A pesar de que no comparta el fanatismo religioso de su padre, todo lo que vivió junto a él, incluido el abuso, hizo mella en Arvin. Es un personaje cuya única salida para afrontar la mayoría de sus problemas es usar la violencia. Desde pelearse con los abusadores de Lenora hasta acabar matando al Predicador por ser un depredador sexual.

Cuestión de supervivencia

Pero las acciones de Arvin también son una forma desesperada de sobrevivir. Acaba matando a Sandy y Carl Hederson porque si no habrían acabado ellos con él. Esta es la prueba más clara de esta lucha por vivir de Arvin pero, en realidad, el solo hecho de huir de su pueblo y de su vida también lo es. Es cierto que tenía que hacerlo porque acababa de asesinar al predicador y habría acabado en la cárcel. Pero de no haber ocurrido esto, Arvin posiblemente también hubiera abandonado su hogar… o habría acabado muerto.

Es el destino que tuvieron casi todas las personas que habían formado parte de su vida. Arvin vivió como su padre, los padres de Lenora y ella sucumbían al yugo de la religión más fanática y perdían la vida. No es de extrañar que la idea de irse y empezar de cero hubiera pasado por la cabeza de Arvin antes de cometer ningún crimen.

El perdón

Todo el filme es un drama lleno de desdichas y no se puede decir que tengamos un final feliz. Pero la reconciliación de Arvin con su padre podría ser este toque de esperanza en la película. A pesar de que Arvin estaba en todo su derecho en odiar su padre (y él era consciente de ello), ese odio había ido consumiéndole poco a poco. Finalmente, en la misma cruz donde su padre hizo todo lo que Arvin recordaba con rencor, acabó entendiendo las razones de su padre para actuar así.

El perdón de Arvin para Willard es el acto que acaba cerrando la historia de ambos. Una historia que comenzó con Willard y de la que su hijo acabó de poner punto final. Y de esta forma, Arvin puede seguir con su vida y empezar de nuevo sin cargar con todo ese tormento.

¿Es Arvin el Diablo?

Hay muchas teorías de quién pude representar al Diablo en la película. Lo más lógico podría ser pensar que hace referencia a todos los personajes en sí. Al fin y al cabo, todos ellos comenten pecados. Algunos solo lo hacen por efectos colaterales de sus circunstancias. Otros son, lo que llamaríamos vulgarmente y de forma superficial, villanos. Como el Predicador Preston o Carl.

Pero si lo analizamos, tendría sentido que fuera Arvin el personaje que encarna al Diablo en esta trama. Todas las historias que se cuentan en la película, todos los personajes, se entrelazan. Y Arvin está presente en todas ellas, como el Diablo. Además, como ya hemos comentado antes, es el único personaje que expresa su rechazo explicito a la religión. Así que, a los ojos del resto de personajes, apegados e incluso obsesionados con la religión, Arvin sería el diablo. Y, curiosamente, es el único de todos ellos que sobrevive.

Paula Robaina
No puedo ser piloto así que intento ser periodista de motor. También escribo sobre cine, series, libros y cómics cuando me apetece escaparme de los circuitos. Lights out and hoist the colours

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