Los cánones de belleza o ideal de perfección han dado lugar a multitud de tendencias y accesorios de moda. Desde las decoloraciones de cabello hasta la delgadez extrema, en diferentes periodos de la historia la mujer ha estado sometida a unos estándares inalcanzables, lo cual ha provocado problemas de autoestima y autopercepción.

Gracias a las sociedades actuales, el límite que tradicionalmente fijaba los cánones de belleza parece difuminarse. En la actualidad las marcas se han desligado de la imposición de ciertas modelos o tendencias, y ahora es posible comprar ropa de tallas especiales, grandes o pequeñas, en infinidad de comercios.

Pese a ello, todavía arrastramos algunos condicionamientos que nos obligan a satisfacer unas metas poco realistas, algo que debemos superar.

El problema de los cánones de belleza

Se entiende por canon de belleza un ideal impuesto en una determinada época al que debía ajustarse el público, mayoritariamente femenino, para sentirse físicamente aceptado. El canon de belleza es, en la práctica, un ideal inalcanzable, una imagen mental que posee todas las características físicas en su mayor grado de perfección.

Por esta razón, no es casual que el canon de belleza haya variado a lo largo de la historia y se haya adaptado a los ideales de las sociedades. Si en la antigüedad la mujer con piel blanca y ojos azules englobaba a la nobleza y a aquellas mujeres que no trabajaban en el campo, en la actualidad la realidad se ha invertido y el culto de la sociedad se ha dirigido hacia las mujeres morenas que pueden tomar en sol diariamente sin necesidad de acudir a un puesto de trabajo. En definitiva, el canon siempre persigue una situación de privilegio poco realista en la que la mayoría del público no puede encajar.

Los cánones de belleza poseen multitud de mecanismos para instaurarse en la mentalidad colectiva. La publicidad y la dictadura de la moda son ejemplos de cómo los cánones de belleza tradicionales acaban por frustrar a las mujeres por su irrealidad, esclavizando el día a día de quienes intentar adaptarse a ellos.

Aceptarse a una misma para ser feliz

Pese a todo lo anterior, las sociedades actuales son más realistas con los cánones de belleza que las generaciones precedentes. En la actualidad las marcas de moda han comprendido la importancia de sentirse bien y han apostado por diseños orientados a todo tipo de públicos.

Abrir la mente y darnos cuenta de que la belleza se puede manifestar de muchas maneras nos va a ayudar a sentirnos mejor. Así, no existe un único ideal de mujer u hombre que acapare todas las perfecciones posibles; por el contrario, los seres humanos somos variados y cambiantes, y contamos con multitud de características diversas que nos hacen únicos. Todo ello debe manifestarse a la hora de lucir prendas y accesorios que encajen con nuestra personalidad y no sigan tendencias autoimpuestas y cánones inalcanzables.

En este proceso de autoconocimiento y aceptación cobran especial importancia actitudes como abrazar nuestro cuerpo, no juzgar a los demás y comprender que, en muchas ocasiones, lo que nos hace sentir mal es algo que, en realidad, no existe.