‘La caza. Tramuntana’ es la segunda temporada de la impactante y adictiva serie ‘La caza’. Se estrenó en 2019 y siguió el caso de dos jóvenes desaparecidas en la localidad de Monteperdido (Aragón); Sara (Megan Montaner) es la encargada del caso y ha de encontrar, después de que aparezca una de ellas, a la otra antes de que sea tarde. Curiosamente, la serie se basa en el libro ‘Monteperdido’, de Agustín Martínez, también guionista; esta segunda temporada no se inspira en ninguno, por lo que se parte desde cero. Ya desde el primer capítulo se prevé una temporada movida y, ante todo, impregnada de desconcertante complejidad.

Todo comienza con el asesinato de Bernat Cervera, una de las personas más admiradas en Tramuntana. Su muerte será el inicio de una investigación que va más allá de un simple asesinato: hay droga, violencia y demás. También, paralelo a ello, se dibuja la vida familiar de la sargento Sara Campos, cuya unión a Tramuntana viene ya desde la infancia.

Su argumento: el punto más sólido

Si hay algo que gusta indudablemente de ‘La caza. Tramuntana’, eso es su argumento. Hay series cuyo propósito se exhibe desde el inicio –e incluso en la sinopsis–, pero nada adelanta de lo que el espectador se va a encontrar en esta segunda temporada. A diferencia de la primera, porque su hilo conductor era más sencillo y no tenía tantas subtramas. No obstante, esto no supone que ‘La caza. Tramuntana’ sea peor, sino que tarda en arrancar, en mostrar el verdadero tema sobre el que la serie va a versar. El capítulo tres ya adelanta algo de lo que el espectador va a encontrarse, pero no es hasta el desenlace –capítulos siete y ocho– cuando se conoce muchísimo mejor cuál es el argumento de este producto televisivo.

‘La caza. Tramuntana’ tiene muy buen ver, ya que combina sensibilidad y acción a partes iguales. Hay resquicios de humor y romance, pero no tienen tanto peso. La serie engancha desde el principio, ya que el caso parece resuelto, mas pronto se ve que no es así. Siempre está presente el folclore mallorquín, una cultura bastante desconocida, pero que ha tenido un impresionante tirón en esta temporada. Presente y pasado confluyen en una trama sólida que va sorprendiendo conforme se da un paso más en el caso.

Algo positivo que se ha de mencionar es la complejidad del caso. Es desconcertante, y se van creando diversas teorías que no terminan por encajar. ‘La caza. Tramuntana’ sabe sorprender. Todo te pilla inesperado, es imprevisible saber cuál será el siguiente paso. Además, no solo se limita a una única trama, sino que esta vez van más allá. Por eso gusta más, porque se arriesga y hay ese multiperspectivismo que tanto encanta. Si una trama no funciona –no es el caso–, las otras sí pueden hacerlo; por ello esta opción es buena. La serie deja muy buen sabor de boca por esa parte de acción que tanto involucra al espectador.

Temas a la orden del día

No se puede olvidar que ‘La caza. Tramuntana’ aborda temas necesarios. Más allá de ser una obra de misterio y suspense, la realidad está ahí siempre presente. Y no está descafeinada, ni desdibujada… Resulta certera y correcta. No tiene tanto peso, pero está la representación de la transexualidad a través de un personaje. Se presta atención a los detalles, y este aspecto, aunque busca más bien la sorpresa en el caso, funciona.

También está presente el romance sáfico, el autismo o la familia monoparental. Pueden pasar desapercibidas, pero se sabe que está ahí. Y el simple hecho de incluirlas ya habla por sí. El equipo es diverso, comprometido. Busca dar voz a aquello que antes no se mostraba; busca reinventarse en la diferenciación, y esto es un aspecto que engatusa y que capta más espectadores.

El movimiento me too es el que más peso tiene en la trama de ‘La caza. Tramuntana’. No hay que callar, es lo que viene a decir el mensaje tan potente de esta serie comprometida. Este hecho es el más repetido en la temporada, y en su mayoría en clave femenina, sin importar la edad. Busca dar un mensaje de esperanza para ese tormento; es decir: quiere que el sol salga a pesar de la lluvia. Este aspecto se combina muy bien con la orfandad, porque las tres protagonistas son adoptadas y esto supone conflictos internos que invitan a reflexionar en más de una ocasión. Por todo ello considero que ‘La caza. Tramuntana’ es más rica, completa y sólida que su predecesora: da voz al silencio, y prima a minorías que no siempre han sido tratadas en la caja tonta.

Jóvenes promesas y el brillo de Montaner

La serie es en clave femenina. Habla, ante todo, de sororidad. Hay tres chicas implicadas en el caso que son los personajes principales y cuyas actuaciones prometen bastante. Por un lado, está Julia (María Mercado), el personaje más dibujado de la temporada. Enamora por su sensibilidad y cercanía con el espectador. Su evolución es la más visible en el trío protagonista, en parte por su mayor peso de protagonismo. María Mercado interpreta con fuerza y poderío, aunque también hay cabida para la sensibilidad, lo que demuestra la humanidad con la que la actriz sabe dotar al personaje.

El trío protagonista lo completan Bela (Zoe Stein) y Samiah (Nadia Al Saidi). Sí tienen peso importante, aunque parece más bien relegado a un segundo plano, por lo que se echa de menos una mayor profundización en estos personajes. Sus actuaciones también demuestran que estamos ante un futuro lleno de actrices prometedoras, con una capacidad de entretener y atrapar fácilmente al espectador. Otra de las sorpresas es Llum Barrera, a la que el papel dramático parecía venirle grande en el inicio, pero que termina por ser uno de los más acertados –y completos– de esta segunda entrega. Ver a Llum Barrera rota ha sido un regalo… Ojalá verla de nuevo en papeles así que tanto la hacen brillar.

Nuevamente, Megan Montaner y Alain Hernández encabezan el elenco. No es secreto que Megan Montaner borda cada papel que se le asigna. En ‘La caza. Tramuntana’ la vemos más allá de lo arquetípico: conocemos su vida en profundidad, y eso hace que salgamos de lo acostumbrado y el personaje adopta mayor realidad. Alain Hernández funciona bien como segundo personaje principal, con una actuación decidida y correcta que termina por dejar buen gusto. Huelga mencionar las incorporaciones de Félix Gómez y Sara Rivero; son personajes imprescindibles que dan un aire fresco, que aportan diferencia y mayor interés a la serie. Sus actuaciones son notables.

Una serie para disfrutar de una sentada

‘La caza. Tramuntana’ es una muy buena apuesta de RTVE, dirigida por David Ulloa y Rafael Montesinos, y escrito en su mayoría por Agustín Martínez. Se trata de una serie que maneja sobresalientemente el thriller, convenciendo capítulo tras capítulo y dejando sorprender en más de una ocasión al espectador. No solo prima el misterio, sino que también se da paso a temas de crítica social y humanidad que dotan a la serie de mayor realismo y diversidad.

La primera temporada fue una pasada, no hay otro modo de calificarla. Sin embargo, esta segunda temporada va más allá; rompe los esquemas, se atreve a reinventarse, aborda temas peliagudos, es pura adrenalina… ‘La caza. Tramuntana’ es de esas ficciones que se ven en una sentada porque quieres saber más de ella. Megan Montaner brilla por sí sola y demuestra su gran capacidad interpretativa; forma un tándem asombroso con Alain Hernández. Ojalá haya una tercera temporada con un nuevo caso… Esta serie es un constante sí. De lo mejor que verás en estos meses… ¡y sin pagar suscripción! ‘La caza. Tramuntana’ te atrapará. Ya verás.