‘El Míster’ es una propuesta de Disney+ que nos obliga a viajar a esa época en la que nuestra parrilla televisiva estaba rodeada de series como ‘Salvados por la campaña’, por ejemplo. Ficciones de corte juvenil que mostraban lo importante del trabajo, la perseverancia y no bajar los brazos jamás. Pero en este caso con un perfecto enfoque hacia la importancia del deporte femenino, tan devaluado a lo largo de la historia.
El entrenador de baloncesto Marvyn Korn (John Stamos), tras ser expulsado de la NCAA, tiene la oportunidad de volver a empezar entrenando en un instituto privado de élite. Junto a unas jugadoras que tienen un gran potencial, pero que son incapaces de procesarlo. Marvyn llegará a sus vidas como un huracán y con un sistema muy estricto que irá evolucionando hacia las necesidades de esas adolescentes a razón de una pizca de empatía y vulnerabilidad. Un par de conceptos que para Korn son un tanto desconocidos. Ajenos a él, totalmente. Y es que la élite no permite nada más que los buenos resultados.
Poco a poco, Marvyn aprende a conectar con las jugadoras. Comienza a escucharlas, a comprender que también hay otros sistemas para competir. A jugar a otro nivel. A equilibrar entre las victorias y lo que realmente importa. Comienza a ser aquella persona que siempre intentó ocultar. Por eso de que la frialdad ahuyenta las emociones y las relaciones sociales. Lo que provoca una vida un tanto más fácil y ajena al dolor.
‘El Míster’ te habla del trabajo en equipo. De lo fundamental que es hacer lo que quieres y de la forma que quieres hacerlo. Del esfuerzo, trabajo y perseverancia. Te da un golpe seco de realidad para que entiendas que bajar los brazos nunca es la solución al problema. Que todo se puede alcanzar pero que nadie te regala nada. Porque las puertas no se abren solas y las oportunidades no caen de la nada. ‘El Míster’ hace un alegato a lo grande hacia el deporte femenino ya que no presenta con la sombra de un equipo masculino. Ellas son las protagonistas y la única herramienta para hacerse un hueco en una liga dominada por las de siempre.
Una primera temporada de diez capítulos equilibrada y honesta. Ofrece lo que quiere ofrecer sin pretensiones. Una historia blanca pero que brilla por la sencillez que desprende. Junto a John Stamos que ya conocemos y al que vemos fervientemente en su personaje, pero nos da igual. Porque siempre será el tío que todo el mundo hubiésemos querido dentro de de esos ‘Padres Forzosos’.
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