‘El internado: las cumbres’ es la última ficción original que ha estrenado Amazon Prime Video. La plataforma presentó un reboot bastante alejado de ‘El internado’. Diferentes personajes, distintas tramas y mucho que ofrecer para entretener al espectador. Para empezar, esta vez nos trasladamos a Las cumbres, un colegio ubicado en un lugar inaccesible entre las montañas. Un internado mucho estricto y severo, cuya forma de enseñanza roza lo inmoral y lo políticamente incorrecto.

En ‘El internado: las cumbres’ nos encontramos con adolescentes problemáticos que han ido allí para reformarse y ser mejores. O, al menos, esa es la teoría. En la práctica el día a día será un poco infernal. Aislados del resto de la civilización, todo tiene cabida en ‘El internado: las cumbres’. El bosque que rodea el internado alberga antiguas leyendas que saldrán poco a poco a la luz. Las amenazas más peligrosas siguen ahí y harán que los alumnos vivan trepidantes y terroríficas aventuras.  

Tras un intento fallido de fuga del internado, Manuel desaparece en el bosque a manos de un misterioso hombre con una máscara de cuervo. Paul, Amia y sus amigos son los únicos que saben que algo malo le ha podido ocurrir. No pararán ni un minuto hasta encontrarle y destapar toda la verdad. En su aventura irán descubriendo los secretos que se ocultan en el bosque. La antigua logia que vivía en el bosque, el Nido del Cuervo, sigue cometiendo crímenes y el internado parece ser algo más que un simple colegio.

La estética

Para empezar, llama la atención toda la estética y la ambientación de ‘El internado: las cumbres’. Una atmósfera fría, oscura y sórdida. El colegio está en las montañas y el bosque que lo rodea es muy siniestro. La fotografía de ‘El internado: las cumbres’ hace que sea muy atractiva visualmente hablando. Los colores fríos, sin apenas brillos ni luces envuelven a la serie de un tono muy lúgubre y misterioso. Perfecto para el desarrollo de toda la narración. Es evidente también que técnicamente ‘El internado: las cumbres’ es impecable.

La desaparición de Manuel es un hecho lo suficientemente interesante como para atraer al espectador. En seguida se nos presenta un misterio que hace que queramos saber de qué se trata. Todo lo demás irá apareciendo poco a poco en la ficción. Cuando parece que no queda hueco para nada más, se abre un nuevo frente que te deja con ganas de más. El misterio está dosificado en su justa medida para que te vayas enganchando más y más. Aunque al principio tarda más en arrancar, va creciendo conforme avanzan los episodios.

Al terminar un capítulo de ‘El internado: las cumbres’ quieres ver el siguiente porque te ha dejado con mucha intriga. Una ficción que sabe jugar muy bien con el interés del espectador para generarle esa sensación de necesidad. ‘El internado: las cumbres’ no se conforma con poco, parece que nunca es suficiente. A medida que avanza la trama te vas dando cuenta de que las preguntas que te haces no nos suficientes para tantos secretos ocultos.

Más allá del propio misterio

Además, como buena serie adolescente, el misterio no es lo único que cuenta. Las tramas de amor y de amistad, tanto de los profesores como de los alumnos, se entremezclan perfectamente con el resto de la narrativa. Si bien los alumnos son los grandes protagonistas, los profesores también tienen su hueco. ¿Qué sería de un colegio así sin sus líos amorosos y los grupos de amigos?  ‘El internado: las cumbres’ nos presenta diferentes historias entre los personajes que irán desarrollándose a lo largo de la temporada.

Otro punto a favor son algunos de los personajes que forman ‘El internado: las cumbres’. Aunque es cierto que en ocho capítulos no da tiempo a conocerlos a todos. Pero sí lo suficiente como para que sus historias personales nos interesen. Los personajes femeninos son los más potentes en ‘El internado: las cumbres’. Amaia (Asia Ortega) se presenta como la gran heroína de la historia. Es atrevida, echada para adelante y haría cualquier cosa por sus amigos. Esta actriz es uno de los grandes descubrimientos del último año.

Otro personaje que ha empezado a explotar al final de la temporada es el de Inés (Claudia Riera). Con la confirmación de la segunda temporada esperemos que termine de sacar todo su potencial, porque no es poco. Uno de los personajes más enigmáticos de toda la serie. Junto a ellas, Albert Salazar (Paul) irrumpe en escena con fuerza y muchas tablas.

También hay que tener en cuenta que en ‘El internado: las cumbres’ han apostado por nuevos y jóvenes talentos como Carlos Alcaide, Gonzalo Díez o Daniela Rubio. Un reparto que se sustenta también gracias a actores más veteranos como Alberto Amarilla, Natalia Dicenta o Ramiro Blas.

En general, ‘El internado: las cumbres’ es una serie acertada, bastante madura y que cumple con lo que se espera de ella. Ofrece muchas cosas buenas que han hecho que haya gustado y sorprendido a los espectadores. Es entretenida y se disfruta viéndola.