‘Sky Rojo’ es la última ficción original española que estrena Netflix. Se trata de una serie creada por Álex Pina y Esther Martínez Lobato que llega a la plataforma por la puerta grande. Un proyecto muy grande y potente, en el que los actores y todo el equipo se han dejado la piel. ‘Sky Rojo’ es puro entretenimiento, acción y adrenalina, tal y como nos han contado sus protagonistas. Hemos estado hablando con Miguel Ángel Silvestre, Asier Etxeandia y Enric Auquer y esto es todo lo que nos han contado.
¿Qué os atrajo de ‘Sky Rojo’ para involucraros en ella?
Miguel Ángel Silvestre: el devenir del proyecto te va atrapando también muchas veces. A mí por ejemplo me dieron la oportunidad de hacer pruebas y castings para la próxima serie de Álex Pina y de Esther Martínez, de Vancouver de los creadores de ‘La casa de papel’ ‘El embarcadero’ y muchísimas otros series. Entonces crees en ellos, por lo menos en mi caso creo firmemente en la capacidad que tienen para crear, en el discurso que tienen también. Y sobre todo en este caso era puro entretenimiento. Es verdad que con un tema peliagudo pero puro entretenimiento. Después de cuatro pruebas finalmente digo que sí, que confío en el punto de vista que van a tener ellos y poco a poco voy descubriendo el proyecto con ellos. ¿Qué me daba tranquilidad? hablar con ellos, saber que estaban muy encima del tema que están tratando y sobre todo dónde querían aterrizar. Es una serie de puro entretenimiento, de acción.
Parten de una herida muy fuerte para convertir a tres personajes femeninos en tres super heroínas divertidas que son entrañables, que te seducen y que terminan por conquistar el corazón. Con las que viajas esa persecución y esa huida y vas alegrándote a cada paso que van dando en su bien. Sabía que estaba en muy buenas manos con lo cual me dejé llevar y así fue, no fue una decisión en la que te dicen si quieres entrar y entras. Poco a poco fui escalando hasta el otro día terminar de ver un resultado que me pareció sorprendente después de lo que había rodado. Entiendo muy bien todo lo que hemos pasado, por dónde han pasado los personajes para llegar a ese ADN tan peculiar que tiene la serie con tanto entretenimiento y adrenalina.
Asier, no siempre has tenido papeles tan de villano ¿cómo ha sido meterte en la piel de un villano como es Romeo, con tanta brutalidad y violencia?
Asier Etxeandia: Te tengo que corregir porque me suelen proponer casi siempre papeles de villanos, o de zumbados o de psicópatas, me suele pasar. Igual en la última temporada con ‘Dolor y Gloria’, ‘La novia’ o ‘Sordo’ no, pero antes casi siempre. En ‘La fuga’ por ejemplo que era otra serie de televisión que hice era el malo malísimo. Me ven cara de psicópata o algo y luego yo soy una pava. Para mí es un reto, es el personaje más divertido. Creo que la posibilidad de poder hacer algo tan difícil de entender es la hostia. Que te vuelvas loco y no sepas por dónde empezar porque claro, justificar o darle veracidad a alguien tan desorbitado y lleno de manipulación, ira, cinismo, disfrute y del placer en el dolor ajeno. Creo que lo tiene Romeo es muchísimo carisma, es muy inteligente, egocéntrico, narciso, cree que hace un bien a la sociedad llevando ese negocio. Pero lo más interesante de lo que me proponían es que era un ser totalmente ido, ninguneado y vapuleado. Este tío con tantísimo poder resulta que le rompen el corazón y el cuerpo por todos los lados.
Lo interesante era cómo reacciona cuando se siente tan agredido, ahí es donde viene todo: la comedia, el humor negro, la desesperación, el límite. En eso sí es cierto que creo que es el personaje más límite que he hecho en el audiovisual. Todas las secuencias son arriba, muy difíciles. Pero es lo que dice Miguel Ángel, estábamos en tan buenas manos y está tan bien escrito que estaba todo ahí. Confiamos mucho en Álex, en Esther, en todo el equipo. Que te propongan este personaje en una serie así era un regalo en sí mismo. Una maravilla.
Enric, ¿has tenido algún referente en cuanto a tu personaje y si has tenido que asumir algún reto?
Enric Auquer: Referentes nos dieron para leer bastante y leímos testimonios de víctimas de trata y cosas así. Lo que pasa es que fue un proceso super rápido desde que me prepusieron el papel, acepté e hice los castings hasta que empecé a rodar. Pasaron diez días por tanto toda la entrada en el personaje ha sido más trabajando y se nota una evolución en la toma de tierra de los personajes. Es un reto mayúsculo, de los más difíciles que he hecho. Todo iba enfocado a crear una ficción de tercer acto continuo. Esta cosa de estar todo el rato en el hype máximo del personaje, y encima rodando acción. Era muy complicado y exigía mucha técnica. Estar todo el rato preparado y al máximo. En ‘Sky Rojo’ no existe el silencio, el poder explicar el personaje tranquilamente, solo existe el momento máximo de cada escena. Tenías que estar muy elástico y preparado para ir aportando eso todo el rato. He aprendido muchísimo y me he sorprendido a mí mismo de estar ahí luchando. Ha sido durísimo.
En ‘Sky Rojo’ no existe el silencio
Enric Auquer
¿Qué ha sido lo más difícil del rodaje teniendo en cuenta el ritmo frenético de la serie?
Miguel Ángel Silvestre: Precisamente eso, mantener el ritmo frenético constantemente. Ten en cuenta que por ejemplo cuando rodábamos la acción son momentos muy cortos. En el caso de esta serie una de las cosa muy interesantes que propone es el tema del tercer acto, todas las secuencias a través del off de las chicas saltan cuantitativamente las emociones para llegar al clímax de todas las emociones. El clímax del drama, de la comedia, de la acción. Entonces a lo mejor la toma dura 20 segundos pero son los más arriba de tu personaje, donde estás más enfurecido, más apenado, viviendo el dolor y el drama. Todo el clímax. El subir toda la intensidad para esos 20 segundos requería de mucha energía porque no era un proceso natural en una escena donde sin querer las palabras te van llevando a una emoción. Aquí la emoción había que provocarla antes para arrancar ahí arriba. Creo que es una virtud de la serie porque hoy por hoy en el 2021 y con el sistema en el que estamos donde todo va muy rápido en redes sociales y anuncios, es una explosión de fuegos artificiales. Hay algo que tiene la serie y es que cuanto tú empiezas a verla son puntos tan álgidos que haces que no puedas despegar los ojos de la pantalla y eso requería de muchísima energía. El reto fue estar arriba durante tantos meses hasta llegar incluso a un año por temas de covid.
Asier, ¿te documentaste de alguna manera sobre el mundo en el que se mueve el personaje?
Asier Etxeandia: Para componer un personaje yo creo que tienes más que observar a tus compañeros y lo que te rodea que a ti mismo. No creo mucho en encerrarse en uno mismo. Tú entras al club (diseñado por el equipo de arte) e imaginas que lo ha diseñado Romeo y ahí ves qué tipo de imaginación tiene y qué cosas le gustan. Además sabes que es lo que le pone, lo que no, le gusta la fiesta, las cosas artificiales y brillantes, le gusta impactar. Todo ese tipo de cosas las vas descubriendo con el trabajo de los demás, en equipo. Veo cómo se porta Moisés conmigo y me doy cuenta de la relación que tienen. Con todo eso vas creando el puzzle de quién es. Y, sobre todo, que está todo en el texto. Yo necesitaba saber cómo iba a vestir porque según el guion es un proxeneta con hijas, marido ejemplar y luego tiene el Gugengehin de los puticlubs; cómo se come esto, desde dónde empiezas. Siempre vas a tender a hacer algo prototipo. Romeo se endiosa mucho porque cree que ha creado todo eso y le da mucho poder.
No creo mucho en encerrarse en uno mismo
Asier Etxeandia
El adoctrinar a los demás, convencerles de sus ideas da mucho poder y eso le tiene endiosado y con poder hacia los demás. Esa manipulación que hace que parezca que les ayuda pero no, es para que estén a su lado. Todo eso me lo dan mis compañeros. Me lo da Enric, Miguel Ángel y las chicas y va creándose poco a poco. El gran error es cuando tú vas con algo muy preconcebido y decidiendo cómo lo vas a hacer. Esto es un trabajo en equipo y no puedes ir con algo demasiado preparado. Esta es mi fórmula y es lo que yo creo. El texto tiene que estar estudiadísimo siempre, pero no demasiado encorsetado. Creo que al final ‘Sky Rojo’ se ha hecho sola, poco a poco se ha ido creando a sí misma como un monstruo; por eso esta identidad. A la vez es jodido porque piensas que no te lo has preparado demasiado, pero no. Cada día es un descubrimiento brutal.
Miguel Ángel Silvestre: Yo una de las anécdotas más graciosas que he vivido en ‘Sky Rojo’ es una escena que tenía con Enric. Íbamos mal de tiempo y el director nos dijo “oye id preparándola, id haciéndolo que tengo 15 minutos para hacer eso, solo puedo un plano”. Llegamos, ponen la cámara, la luz hacemos la toma Enric y yo y cuando dicen corten miramos a Albert Pintó y yo pensaba que le había encantado. Pero nos dijo “es lo opuesto tío, qué habéis hecho, qué es eso esta escena no va de esto”. Y ‘sky rojo’ tiene un tono muy sensible donde han estado muy encima. A Álex Pina le he visto poner dinero de su bolsillo para hacer un producto auténtico y con ADN. Incluso volvimos a Tenerife para repetir escenas. Yo muchas veces estaba muy equivocado en mi propuesta y menos mal que estaban David, Oscar Pedraza, Eduardo, Albert y muchos directores aportando y milimetrando. Ahora ya estamos para hacer 14 temporadas.
Asier Etxeandia: se han repetido muchas secuencias que se habían grabado meses antes. Después las han visionado y han dicho no, este no es el tono no cuenta. Por un lado es desesperante pero por otro es decir “qué maravilla”.
Enric, ¿crees que existe una capa de realidad debajo de cada personaje con la que podremos identificarnos?
Enric Auquer: Creo que sí. Creo que no es ni mérito nuestro, ya estaba. Esta acción juega con esto, con presentar este entretenimiento loco y después ir al drama de cada personaje y exprimirlo al máximo. Las escalas de grises de cada personaje son lo bonito. Se podría hacer un spin off de cada personaje. Cada uno tiene su riqueza, su pasado y tendrá su futuro. Lo bonito de poderlo interpretar es buscarle los recovecos en los cuales puedas empatizar y encontrar el material sensible. Básicamente era el punto donde agarrarse porque la acción no la mandas tú, es el director, la cámara y los montadores.
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