En la actualidad, la sociedad sigue el ritmo marcado por la evolución de la moda rápida a la moda en tiempo real, la obsolescencia programada, el consumismo y la inmediatez.

En cambio, surgen propuestas que van ganando terreno como la moda lenta, mejor conocida como slow fashion. Esta tendencia se desarrolla bajo la icónica frase de Vivienne Westwood: “compra menos, escoge bien y hazlo durar”.

De esta manera, esta tendencia transforma la forma de consumir moda, aplicando las compras inteligentes, en que la calidad supera a la cantidad de las piezas adquiridas.

El contraste entre moda lenta y moda rápida

Fue en 2007 cuando Kate Fletcher acuñó el término slow fashion. Fletcher era profesora de Sostenibilidad, Diseño y Moda en la Universidad de las Artes de Londres, esta experta concibió un concepto que representase el opuesto de la fast fashion.

Desde sus inicios, la moda lenta destaca por ser ecológica, sostenible, comprometida con el ambiente y con los derechos de los empleados. De tal manera, que evita la sobreexplotación tanto del planeta como de cada trabajador.

El impacto ambiental de la moda rápida

El sector de la moda se posiciona como el segundo más contaminante del mundo. Por tanto, era esencial generar un cambio desde los fabricantes, pasando por las líneas de producción hasta llegar al consumidor.

Así fue como nacieron marcas como STAMP, ofreciendo artículos duraderos y conscientes. En esta empresa originaria de Alicante son expertos trabajando elementos como la piel, lona y lino. 

Cada producto está diseñado para el confort del consumidor, un ejemplo son las mochilas urbanas de hombre. Dos rasgos distintivos de sus artículos son su diseño atemporal y durabilidad. 

Además, poseen un estilo urbanita, funcional, inspirado en los años 20. Todo ello, en materiales de la más alta calidad y comodidad. Representan una diferencia de 180 grados frente a la moda rápida que vierte tintes y químicos que perjudican ríos y mares. 

Las cifras son preocupantes, pues, se estima que cada prenda elaborada por la moda rápida se utiliza apenas 7 veces. Esto quiere decir que, tan solo en ropa, se generan cerca de 12 millones de toneladas de basura cada año. 

¿Cuáles son los beneficios para el consumidor actual?

La moda lenta implica una filosofía frente a cada compra, a cada elección, porque es una visión más amplia que recorre el proceso de producción, el origen de la diversidad de materias primas hasta el instante de la venta al consumidor final.

Es decir, la moda lenta sobresale por enfocarse tanto en una producción como en un consumo responsable. Podemos mencionar cuatro grandes ventajas de esta filosofía:

Materiales de calidad y ecológicos

En la moda lenta, se usan materias primas naturales junto a un proceso de producción que sea sostenible de principio a fin. Cada material es seleccionado acorde a su calidad, ya que está pensado para conseguir una prenda duradera.

Es por todo lo anterior que el resultado es un menor impacto ambiental, ya que se evitan tanto los residuos excesivos como la producción agresiva característica de la moda rápida. De hecho, la slow fashion es un excelente ejemplo de la famosa premisa “menos es más”.

Procesos transparentes

Para que una marca pueda ser catalogada bajo la filosofía de la moda lenta, es esencial que sea transparente sobre su proceso de producción. De esa manera, el público en general, así como los consumidores en específico, puede constatar que la sostenibilidad es real.

Para lograrlo, las diferentes empresas deben dejar trazabilidad sobre cuál es el productor, el medio de transporte e incluso la forma en que se vende cada prenda. 

Gracias a ello, los clientes potenciales pueden cerciorarse de que los procesos son ecológicos y lascondiciones laborales de los trabajadores son óptimas.

Compras conscientes

Cada pieza tiene una calidad superior que deriva de forma natural en una mayor duración, por tanto, el consumidor compra menos ropa, superando por mucho la media de 7 usos de la moda rápida.

Esta pequeña acción replicada en todo el planeta, minimiza el impacto negativo y potencia el ahorro de recursos vinculados al sector textil. Por otra parte, al prevenir la sobreexplotación de los recursos naturales, se corrigen injusticias en los países de donde provienen las materias primas. 

Exclusividad

La moda lenta se distancia de la fabricación en masa que distingue a la industria tradicional. De esta manera,ofrecen diseños más elaborados y exclusivos que resultan sumamente llamativos para sus clientes.

Otro aspecto que hace atractivas a las marcas como STAMP, es su acabado atemporal, tan diferente de la obsolescencia programada. Calidad, funcionalidad y confort son los pilares de los cinturones, carteras y bolsos ofrecidos por la empresa.

Por supuesto, la moda lenta tiene una regeneración limitada de sus productos. Siempre que sus artículos tengan el cuidado adecuado, durarán varios años con una apariencia impecable.

Cada consumidor que adopta la filosofía de la slow fashion ayuda a minimizar el ritmo desmedido de consumo y a reducir la huella del planeta asociada a la industria textil.