Con las últimas declaraciones de los grandes cineastas casi da un poco de miedo hablar de películas de superhéroes, menos mal que ‘Watchmen’ (2009) no lo es. Bueno, un poco sí lo es, pero supongo que pasa ese corte de cine de calidad que está restringido para cualquier producción superheroica; para algunos, claro. ¿Cuántos se estarán perdiendo esta interesante propuesta solo porque entra dentro del género y entonces no merece la pena? Ay, los prejuicios. Afortunados aquellos que no los tienen.
En este 2019, se cumple una década del estreno de ‘Watchmen’, dirigida por Zack Snyder. Este mismo lunes 21 de octubre, se estrena en HBO una ficción que comparte nombre, universo y base material con la cinta. ‘Watchmen’, la de HBO, está inspirada en el universo de Alan Moore y Dave Gibbons; lo continúa y lo amplia de forma libre. Ambientada en un mundo paralelo al nuestro, la emisión de los capítulos será semanal (¡gracias!) y está llamada a convertirse en una de las series del año.
«Ambientada en un mundo alternativo donde los superhéroes son tratados como proscritos, ‘Watchmen’ abraza la nostalgia de la novela gráfica original a la vez que busca su propia identidad», reza el texto oficial. Y hasta aquí puedo leer, porque mi tarea en estas líneas consiste en recuperar la película, que no la serie, y en convenceros de que siempre hay que darle una oportunidad a este universo.
‘Watchmen’ siempre me ha parecido una propuesta con carácter propio. Sus casi tres horas de duración dejan bien claro que no pretende contentar a nadie: lo que busca es contar una historia, la historia original y la que sienten los responsables de su desarrollo en la gran pantalla. Sí la siento en cierto modo como una película de superhéroes, porque tiene momentos, escenas y elementos que encajan dentro del género, que nos transportan a él y lo abrazan, pero por supuesto que va más allá (como la mayoría de ellas, pero no entremos en debates de este estilo).
Ambientada durante los años de la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia, creo que recoge con bastante acierto el miedo y el hastío de la población a una nueva guerra, habla sin hablar del egocentrismo y el egoísmo de quienes nos gobiernan gobernaron entonces y de cómo la población civil, los ciudadanos corrientes, son quienes terminan pagando los pecados y las faltas de los de arriba. También habla, como muchas otras películas de superhéroes, de la desprotección de estos ciudadanos, de la responsabilidad y de la criminalidad. Todo esto embutido, claro, en una estética oscura que se permite de vez en cuando algún recurso narrativo y audiovisual, pero que se adapta casi siempre al thriller.
Al fin y al cabo, en ‘Watchmen’ asistimos por encima de todo a una investigación llevada a cabo por un grupo de ex-superhéroes que se reencuentran tras años de distancia y silencio. Ya no son admirados, y la mayoría de ellos han sucumbido a la pobreza, la locura o las consecuencias negativas de una fama que no suele tratar bien a nadie. En esta historia nos acercamos al lado más oscuro de estos superhéroes, que no son superhéroes al uso aunque lleven trajes y aterricen, en ocasiones, como tal. Son, más bien, personas con uno o varios dones que vagan por las calles enmascaradas con el objetivo de proteger a la población, y que se mueven entre buenas intenciones y otras que no lo son tanto.
Una de las cosas más interesantes de ‘Watchmen’ es cómo consigue, a través de cada uno de sus personajes, hablarnos de aspectos importantes de los superhéroes y también de los villanos, y creo que al menos en lo que a personajes se refiere sí puedo hablar con propiedad en estos términos.
La figura del Comediante siempre me ha fascinado, quizá la que más, supongo que por la manera en que invita a la reflexión con sus actos y sus palabras, tanto a los personajes ficticios como al propio espectador. Hay sonrisas, ironías y bromas, porque todo es una broma, en sus intervenciones, pero están lejos de aportar ligereza o frescura a la trama. Hay muchas más verdades en él relacionadas con la esencia de esta película, que es oscura, que bromas frescas. Quizá es el personaje que más verdades tiene. Rorschach, siempre con su fin claro y con un método propio que no terminas de compartir pero que en cierto modo entiendes, es otra gran estrella en la cinta. Como lo es Dr. Manhattan, tan sobrehumano, tan inhumano, que es capaz de comprender, explicar, ver, iluminar, más allá incluso de lo que pueden mostrar. Su figura deslumbra y confunde a partes iguales, y esto es también muy interesante, porque es un personaje muy definido que no quiere definirse. Ya veis, siempre he sido mucho de dualidades contradictorias, creo que imprimen un significado que ningún otro elemento puede lograr.
Así que ‘Watchmen’ es un thriller-superheroíco con estética oscura y personajes más bien complejos que explora características típicas de los superhéroes y otras no tan típicas, en un contexto de (casi) guerra mundial sobre el que termina influyendo. Al margen de la fidelidad con la que se logra la adaptación del cómic, creo que puede gustar tanto a quienes buscan una historia de superhéroes como a quienes buscan un thriller con tintes fantásticos, porque se mueve con comodidad entre varios géneros sin querer encajar ni echar por tierra ninguno. A mí la película siempre me ha gustado, y por supuesto voy a darle una oportunidad a la serie.
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