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Crítica: ‘Away’ lo tiene todo para gustar a los amantes del espacio, pero es algo más

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Esta crítica no contiene spoilers de ‘Away’, y ha sido realizada habiendo visto los primeros cuatro episodios.

El espacio exterior tiene una mística enormemente atrayente, para muchos adictiva. Un magnetismo que se multiplica cuando Marte entra en la ecuación. Jessica Goldberg y Andrew Hinderaker supieron ver el filón de esta combinación y el hueco que existía en el panorama seriéfilo internacional. Si bien es cierto que tenemos muchos ejemplos cinematográficos de historias espaciales, algunos muy recientes y aceptados, como ‘Marte’, en el mundo de las series no ocurre lo mismo. Por eso, ‘Away’, que llega a Netflix el próximo 4 de septiembre, parte con la ventaja de la novedad y de la necesidad. Y cuenta, desde el inicio, con la atención de una importante fracción del público, que disfruta especialmente de este tipo de viajes.

La serie arranca semanas antes del despegue de la primera misión espacial a Marte. Una misión realizada en colaboración entre varios países: Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido e India. Y encabezada por una mujer, Emma Green, interpretada por una siempre acertada Hilary Swank. A partir de ese momento, acompañaremos a los astronautas en un viaje de tres años de duración, en el que entrarán en juego miedos, tensiones, prejuicios y choques inevitables. Y en el que también tendrán una importante influencia las circunstancias individuales de cada miembro de la tripulación. La familia de Green parece el centro de todo en un comienzo, pero pronto el espectador descubrirá el otro lado de todos los astronautas. La cara B de esos héroes a los que idolatramos desde lejos, pero de los que realmente no sabemos demasiado.

La premisa y el esquema son bastante típicos. Una misión imposible, tensa y peligrosa, algo de ciencia ficción y el lado humano para contrarrestar y equilibrar la balanza. El glamour y la mística de la figura del astronauta frente a los sacrificios y lo que deja atrás para lograr un sueño individual y colectivo. Pero, pese a ser típico y conocido, sigue funcionando. En parte por ese magnetismo que señalaba en un comienzo. Y también porque el otro lado, la vertiente más humana de la serie, está bien trabajada y es compleja, más allá de estar cimentada en una serie de tópicos evidentes.

Buen equilibrio


Away
Foto: DIYAH PERA/NETFLIX © 2020

Las dos caras de la moneda están bien equilibradas, al menos en los cuatro primeros episodios de ‘Away’. No hay demasiado espacio, ni demasiado melodrama familiar. Pero el verdadero equilibrio que importa, el que es más complicado de lograr y el que hace que funcione la serie, es el de las emociones. La serie sabe moverse, sobre todo en sus primeros episodios, en una cuerda floja peligrosa, pero satisfactoria. Esa que le permite llevar al límite la tensión y contrarrestarla más tarde con algo de humor o de romance. Y también explorar el drama, tanto de los astronautas como de sus familias, sin por ello restarle importancia y atención a la misión. Es probable que, según avance la ficción, haya algún capítulo que se incline más hacia un lado, pero por ahora el equilibrio está bien conseguido. Y es la principal razón por la que la serie funciona.

Personalmente, encuentro más atractivos los compases en los que la ficción pone la mirada en la misión, en sus riesgos y en los episodios que viven los astronautas en el espacio. De hecho, es lo que más me atrajo de ‘Away’ en un principio. Pero ya en los cuatro capítulos que he podido ver, me he topado con dilemas complejos que engrandecen a la serie. Diferentes subtramas bien introducidas que permiten al espectador reflexionar acerca del amor, la culpabilidad, la pérdida, el miedo, la búsqueda de la identidad personal y un largo etcétera.

¿Esperaba encontrarme esto último? Rotundamente no. Y tampoco es lo que, a nivel individual, más me ha gustado. Por mi incontrolable atracción hacia las historias que me trasladan al espacio exterior. Pero sí ha sido una sorpresa agradable, que le otorga solidez a la serie y que supone un valor añadido extra que los espectadores sabrán apreciar. O deberían hacerlo.

Más pilotos así


Away
Foto: DIYAH PERA/NETFLIX © 2020

Si una serie no arranca con un piloto de sobresaliente, lo tiene prácticamente todo perdido conmigo. Nunca he sido una espectadora capaz de esperar temporadas completas para encontrarle el auténtico atractivo a una ficción. Ni siquiera unos cuantos capítulos. Para mí, la conexión entre una historia y su receptor tiene que ser casi inmediata para resultar satisfactoria. Por suerte, o más bien por méritos propios, he encontrado esa conexión instantánea con el primer episodio de ‘Away’.

En él, nos sumergimos de lleno en el mundo de los astronautas y los viajes espaciales. Y ya encontramos las primeras encrucijadas y los primeros momentos de tensión. Con un pequeño misterio incluido. Los creadores de la serie supieron ver claramente cuáles eran sus puntos fuertes a nivel de atracción para con el público. Y los explotaron en un piloto que te invita a continuar cuanto antes con el visionado. Aunque en clave de ciencia ficción, tiene todos los elementos necesarios para facilitar un maratón seriéfilo.

Unos elementos que, aunque en cierta medida se van diluyendo en los siguientes episodios, se mantienen vivos en la trama principal. Lo que nos mueve en cada capítulo son los dramas personales que se van planteando o las problemáticas episódicas que se van sucediendo. Pero lo que lleva al espectador de un capítulo a otro es el gran interrogante que ejerce de columna vertebral en ‘Away’. ¿Llegarán a Marte? ¿Qué ocurrirá allí? ¿Podrán volver a casa? ¿Cuántos sobrevivirán? Son estas preguntas las que, pese a ser conocidas, nos atrapan en el piloto. Y, al menos hasta el quinto episodio, no nos sueltan ni un instante.  



'Away'

7

Lo Mejor
  • Espacio, tensión, riesgo. Un imaginario que echábamos de menos en la pequeña pantalla.
  • Equilibrio entre esto y el lado más humano. También entre emociones.
  • Buenas interpretaciones del reparto, con interesantes descubrimientos.
Lo Peor
  • En muchos sentidos, es una historia que ya conocemos
Rosa Suria
Periodista. Escribo y hablo continuamente de cine, series y música.

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