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4.6

'Becky'

Lo bueno
  • No escatima en las escenas gore
  • El uso de un MacGuffin
Lo malo
  • No hay nada destacable en la trama
  • Se hace pesada de ver

‘Becky’: Esta crítica contiene spoilers

‘Becky’ es una película dirigida por Jonathan Milott y Cary Murnion, del género de thiller y gore. También pertenece al subgénero de terror “home invasion”, esas películas en las que tenemos una familia protagonistas que es atacada en su propia casa (la primera película de ‘La Purga’ es un buen ejemplo de esto). En ‘Becky’, nos presenta a nuestro protagonista, Becky (da nombre a la cinta) una niña de trece años que no está pasando por un buen momento, después del fallecimiento de su madre. Becky (Lulu Wilson) va a pasar un fin de semana en la casa del lago junto a su padre (Joel McHale) y su madrastra (Amanda Brugel) y hermanastro (Isaiah Rockcliffe), con los que comparte una muy mala relación. Todo se tuerce cuando unos convictos aparecen en la casa, convirtiendo su fin de semana en una pesadilla.

Violencia vacía

Los primeros minutos de la película engañan, ya que parece que nos encontramos antes un trabajo interesante. En su introducción, tenemos una comparación de la vida en la cárcel con un instituto, haciendo referencia a los crueles que pueden ser muchos niños y la violencia en las aulas. El conflicto que se nos presenta es la premisa que hemos visto en otras muchas películas: una niña enfadada con su padre por haber “sustituido” a su madre por otra mujer.

En realidad, en este primer acto, parece que estamos viendo una película de domingo de Antena 3. Con sus secuestradores incluidos. Eso sí, esto cambia cuando comienza la violencia. Si eres sensible a la violencia extrema, aléjate de ‘Becky’. Entre sus escenas gore, vemos tripas, reglas y lápices de colores como armas blancas y hasta un ojo arrancado. ‘Becky’ cumple su parte de gore a la perfección, porque hay veces que se vuelve hasta desagradable a la vista.


Becky
Movistar +

El problema es que no hay nada más que eso: violencia. La trama cada vez se vuelve más floja y repleta de clichés del género, que no aportan nada a la trama. Además, sus escenas de violencia son bastante cuestionables. ¿Cómo va a enfrentarse de esta forma una niña de 13 años a unos hombres que son el triple de grandes de tamaño y fuerza que ella? Porque Becky a veces usa su ingenio, pero otras es pura fuerza bruta. Además, también pretende que nos creamos que después de haberte rociado con gasolina y prenderte fuego, puedes extinguir la llamas en el suelo y seguir peleando como si nada.

Lo mejor de la película es el MacGuffin que se nos presenta. Durante toda la película, la acción gira alrededor de la búsqueda de la llave y lo que abre, pero finalmente, nunca se nos desvela. El verdadero punto de la película era mostrar la metamorfosis de Becky, pasando de ser una niña corriente a una brutal asesina. Aun así, la película nunca termina de despegar

Paula Robaina
No puedo ser piloto así que intento ser periodista de motor. También escribo sobre cine, series, libros y cómics cuando me apetece escaparme de los circuitos. Lights out and hoist the colours

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