Esta crítica no contiene spoilers de ‘Por H o por B’.

Hache y Belén. Dos amigas que, después de unos años apartadas, se reencuentran en un entorno inmejorable, al menos para la comedia: el barrio de Malasaña. Una atracción turística para los miles de viajeros que pasan por Madrid cada mes, o que lo hacían antes de que estallara la pandemia. Y también un gran desconocido para los propios habitantes de la ciudad. Una especie de micro-cosmos que Manuela Burló Moreno, creadora, guionista y directora de ‘Por H o por B’, ha convertido en protagonista de su serie. Porque, como cabía esperar, o al menos como esperaba yo, Malasaña no es el escenario en el que transcurre la ficción. Sino un personaje más de la misma, que se lleva casi todas las miradas. Y que está construido con acierto.

Sus calles repletas de diversidad, su postureo y sus tribus, el elitismo que se respira una vez entras de lleno en el barrio o la extravagancia de sus tiendas son aspectos que aparecen bien plasmados en la nueva serie de HBO España. Si bien es cierto que, como ocurre con casi todo en ella, hay quizá demasiado cliché. O, mejor dicho, clichés llevados al límite. En sus episodios, reconozco la Malasaña por la que he caminado estos últimos años. Y también la confusión que muchas veces se ha apoderado de mí al toparme con según qué realidades. Pero creo que, con un grado menos de hipérbole, quizá lo hubiera sentido más como un retrato y menos como una caricatura.

El de la comedia es un género complejo. En el que es fácil perder el equilibrio en la cuerda floja y caer del lado equivocado. Y en el que no siempre funciona lo mismo. No he llegado a cogerle el punto a ‘Por H o por B’. Los elementos costumbristas que en series como ‘Paquita Salas’ me arrancaron carcajadas, aquí me han dejado fría, indiferente. Y no he logrado encontrar ese humor que buscaba generar su creadora, supongo que por su refugio en clichés, tópicos y recursos que hace tiempo dejaron de funcionar conmigo.

A veces, menos es más

No soy muy fan del humor que se refugia en tópicos que se llevan utilizando desde hace décadas. Pero reconozco que, a veces, sí han conseguido provocar mi risa. Por eso, aunque la premisa de ‘Por H o por B’ no me terminaba de convencer desde un inicio, quise llegar al visionado sin condicionarme demasiado. Esperando pacientemente a la sorpresa que prometía la serie de HBO. Sin embargo, no tardé demasiado en comprobar que no sólo está instalada en los clichés, sino que lo lleva todo al extremo. El chonismo de sus protagonistas, su manera de expresarse, el contraste entre Malasaña y Parla o la situación actual de numerosos jóvenes.

Nunca he terminado de encontrar el humor en lo vulgar. Que no es ni mucho menos lo mismo que lo costumbrista. Y es ahí donde hallo el principal ‘fallo’ de ‘Por H o por B’. -Quiero aclarar que añado la comilla porque quizá donde yo veo un error, otros verán un acierto-. Probablemente, si la serie se hubiera quedado en lo costumbrista, rescatando algún que otro cliché pero sin llevarlo al extremo de la vulgaridad, el resultado final habría sido mucho más satisfactorio. Porque la vulgaridad desconecta, choca e incluso puede llegar a generar cierto enfado o rechazo en los espectadores, ya demasiado acostumbrados a encontrar ese recurso en diferentes comedias.

Me hubiera gustado encontrar a una Belén igualmente inocente, pero mejor construida y que saliera un poco de la imagen negativa que tenemos de la persona ‘choni’. Que no tiene por qué ser una persona de barrio humilde o una persona con un bajo nivel cultural. De hecho, confundir estos conceptos sí que me resulta un error, ahora sin comilla ni aclaraciones. Y también me hubiera gustado encontrar la parte de Malasaña que acoge y que acepta las diferencias, que las abraza, y que termina siendo un hogar para personas que llegan por caminos y motivos muy distintos.

Mirando a las historias ‘pequeñas’

Lo que sí me gusta de ‘Por H o por B’ es que no se haya ido lejos. Que haya mirado a casa para encontrar historias que merezca la pena contar. Y que haya apostado por historias corrientes, de personas corrientes, que generalmente quedan fuera de toda ecuación. Sin grandes sobresaltos, vidas que podrían ser las de cualquiera de nosotros, con más o menos semejanzas. Me gusta que hayan mirado a Malasaña, a un barrio que sigue estando rodeado de una gran mística, pero del que nadie se percata a la hora de crear ficciones. Y que nos sumerja en sus calles, aunque le sobre la hipérbole de la que hablaba antes.

También me gusta la fotografía, quizá lo mejor de la nueva serie de HBO España. La mezcla de colores vivos que contrastan con el pavimento gris y la mirada desnuda hacia un barrio que está tan vivo como las personas que lo habitan. Esa vitalidad, esa actividad constante, que dura las 24 horas del día, también la encuentro. Y la celebro, porque muchas veces se nos olvida que Madrid también puede ser la ciudad que nunca duerme.

Como cierre, y hablando de contrastes, Marta Martín y Saida Benzal funcionan bien juntas, como también lo hacen sus personajes. Y me hubiera gustado ver más de ellas, con menos capas de clichés, quizá en escenas más íntimas, como las conversaciones que comparten en la puerta de la pollería de Herminia o en el sofá de casa de Hache. Es ahí donde veo la amistad que todos hemos vivido en algún momento, en la que siempre hay un tema del que hablar o una confesión que realizar sin palabras. Pase el tiempo que pase.

‘Por H o por B’ se estrena en HBO España el próximo 22 de julio.