‘Entre rosas’ llegó a los cines de nuestro país el pasado viernes 22 de octubre, en estos tiempos raros en los que todavía no sabemos bien cómo movernos, cómo sentirnos. Esta película dirigida por Pierre Pinaud (‘Hábleme de usted’, 2012) recuerda algo fundamental: que la belleza existe y que es importante luchar por ella. Por conservarla, cuidarla y fortalecerla.

Protagonizada por Catherine Frot, Melan Omerta, Fatsah Bouyahmed, Marie Petiot y Olivia Côte, Pierre Pinaud ha trabajado también en el guion junto a Fadette Drouard y Philippe Le Guay. De la música y la fotografía se han encargado respectivamente Mathieu Lamboley y Guillaume Deffontaines. Todo los elementos estéticos y sensitivos son altamente importantes en esta comedia que busca trasladar lo sensorial del mundo de las rosas al espectador.

¿De qué va ‘Entre rosas’?

Eve (Catherine Frot) ha dedicado su vida a las rosas, negocio y pasión heredados de su padre. En tiempos pasados ha llegado a crear las especies más hermosas del mundo y ha jugado con todas sus posibilidades, pero su momento parece haber pasado. Está al borde de la bancarrota, frustrada y amargada. No consigue crear nada a la altura de sus competidores ni dispone de los medios para trabajar al volumen que le gustaría.

Su asistente, Vera (Olivia Côte), ha estado siempre al lado de Eve, como estuvo al lado de su padre. Y no se rinde tan fácilmente. Ante la situación delicada del negocio, propone una solución: dar una oportunidad a tres personas que se encuentran en un programa de inserción social. Su trabajo puede ayudar a levantar el negocio y ellos pueden, al mismo tiempo, aprender un oficio y volver a sentirse parte de la sociedad.

Aunque al principio se muestra reticente, Eve termina por aceptar esas nuevas manos laborales. Se marca entonces un objetivo: crear la rosa más hermosa del mundo y ganar el concurso más prestigioso de Francia.

Amable, sencilla y ligera, así es ‘Entre rosas’

Con todo esto, puede esperarse que ‘Entre rosas’ sea la comedia ligera y amable que es. Es luminosa, pero serena, sin apostar por grandes artificios que alejarían al espectador de la propuesta sencilla que quiere ser. Por momentos puede pecar, como suele suceder con este tipo de apuestas, de sentimentalismos, pero esos momentos son pocos y nunca hacen que el conjunto pierda el equilibrio. Más bien al contrario: la mayoría emocionan cuando deben emocionar. Sobre todo ese final que utiliza el lenguaje de las flores para cerrar toda la historia.

Es una comedia, además. Una comedia con la que te ríes. En este sentido, las particularidades de Catherine Frot resultan perfectas para crear ese tipo de humor serio, irónico y cortante que consigue instantes de carcajadas. Tiene también un punto de crítica social, de lucha de clases incluso. La mujer de pasión y talento, pero escasos medios, frente al empresario cuyo negocio se sostiene por el dinero, con el que cree poder comprarlo todo. Una mujer que se niega a venderse, un empresario que insiste. Sin tampoco incidir en este asunto con discursos extremadamente preparados, queda clara la postura del cineasta y todo el equipo.

Así las cosas, ‘Entre rosas’ es amable y divertida. Acerca el mundo de las flores con sencillez y sin abrumar, logrando que los olores de las mejores rosas, todas preciosas, invadan las butacas de los espectadores.

¿A quién puede gustar?

Puede gustar a quien guste de comedias tranquilas, con momentos de despunte pero sin grandes artificios. También puede gustar a quien se sienta cercano a ese género feel-good que apuesta por la esperanza, la amabilidad y los finales felices para contar historias que, en estos tiempos raros, pueden sentar muy bien. ‘Entre rosas’ es un canto a la belleza. Un canto amable que dejará al espectador propenso con una sonrisa en los labios y el corazón cálido.