La Sala Max Aub (Nave 10) de las Naves del Español en Matadero acoge la obra ‘El perro del teniente’ hasta el 10 de marzo. Se trata de una adaptación de Pilar Valenciano del relato escrito por Josep M. Benet i Jornet. Con un reparto compuesto por María Ramos, Fernando Delgado-Hierro, Beatriz Argüello y Roberto Enríquez.

Ambientada en un burdel, ‘El perro del teniente’ es una historia de dominación y abusos del poder; del presente y de cómo tenemos que aprender de las lecciones del pasado. Una obra que juega en todo momento con el espectador y lanza preguntas al público que está atento y sin perder detalle de nada.

El burdel es un lugar en el que se compran cuerpos y se venden almas. Las miradas son cómplices y asisten al espectáculo en el que el placer se intercambia por dinero. Un lugar parecido al teatro en cierto modo. Una historia que se repite día tras día en innumerables rincones del plante, con una cosa en común: la miseria que obliga a una parte a ser protagonista y el abuso del poder económico, militas y de estatus que hace protagonistas a otros pero de otra forma.

Quizás es un lugar parecido también a una perrera. Un espacio de encierro, de violencia y de sometimiento en el que se da rienda suelta a los instintos más básicos como si se tratase de animales. Perros que pugnan por la supervivencia sin amo y sin correa que los ate. Un lugar como el mundo en el que se reivindica la dignidad y la humanidad, rehaciendo la violencia y el abuso de poder.

En ‘El perro del teniente’ conocemos a un hombre y una mujer que se (re)encuentran en un burdel. Mientras que él se adentra en sus recuerdos convencido de conocerla a ella, ella finge y le sigue el juego. ¿Pero de qué juego se trata? Hay alguien que les mira y que también recuerda y quiere jugar. También alguien que dirige el juego y tiene -o cree tener- todo el poder.

La representación refleja un estudio sobre el poder y sus mecanismos y cómo crece la vulnerabilidad de determinados personajes cuando sienten que son espiados y observados. El que observa siempre tendrá un gran poder sobre el observado. De esta forma, los espectadores se sumergen en un juego de miradas, historias del pasado y mentiras.

Si bien no es una obra reciente, ‘El perro del teniente’ sigue siendo un reflejo de la realidad, planteando cuestiones actuales como la privacidad, el abuso de poder o la exposición de la vida privada. Una mirada cruda y profunda al universo de un burdel y todas las personas implicadas en ese mundo.

Un thriller de dominación que se convierte en una invitación a la reflexión en muchos sentidos. Sin duda ‘El perro del teniente’ es una obra compleja con muchas capas sobre el sexo, el dolor y la violencia. La importancia de inventar y contar historias para aprender del paso del tiempo y superarnos como seres humanos.

‘El perro del teniente’ es arriesgada pero muy acertada en prácticamente toda la representación. Si bien hay escenas algo más difíciles de comprender o mostradas de forma más “gratuita” sin tanto que aportar, es una obra que funciona en escena. Cabe destacar la dirección de Pilar Valenciano, que sabe cómo volcar en el escenario una pieza con tantos matices como esta.

Por su parte, el reparto formado por Beatriz Argüello, Fernando Delgado-Hierro, Roberto Enríquez y María Ramos también logra estar a la altura de este delicado texto de Josep M. Benet i Jornet. Asimismo, para una obra de teatro como esta, es muy necesario un diseño del espacio escénico tan certero como el de José Luis Raymond.