En pocas ocasiones he visto tanta unanimidad como cuando terminó de proyectarse el primer episodio de ‘El último show‘, la primera ficción de Aragón TV. La sensación que había en la sala era de satisfacción con lo visto y de esa especie de orgullo ajeno que sientes cuando alguien ha hecho bien las cosas y te alegras de que así sea. Sí, alegra mucho que una cadena autonómica se anime con un proyecto así, sobre todo después de escuchar cómo han tenido que hacer malabares con un presupuesto reducido que no tiene ninguna consecuencia en el resultado final. ‘El último show’ no es menos que ninguna otra ficción que haya podido ver en los últimos meses; si acaso, es más.
‘El último show’ nació, de alguna manera, hace años. Álex Rodrigo, su creador, nos cuenta que con diez años visitó los platós de Aragón TV (por entonces, Antena Aragón) y se encontró por primera vez con Marianico el Corto. “Nos acercamos a él igual que un niño se acerca a cualquier famoso que ve, sin ninguna intención de poder decirle nada, porque simplemente es un famoso y te fascina estar a su lado”, explica el creador, y continúa: “estaba fumando, era de noche y nos dijo… Fíjate lo inmenso que es el universo, la de estrellas que hay en el cielo y el ser humano no es nada comparado con ellas”. A partir de ahí, cuenta, se obsesionó con entender quién hay detrás del cómico. Detrás del cómico estaba y está Miguel Ángel Tirado.
Miguel Ángel Tirado es el protagonista de ‘El último show’, que toma su figura como puente de unión con nuestra realidad pero desarrolla en torno a ésta una trama completamente ficticia, salvo quizá por esa obsesión de Álex Rodrigo: la de conocer y comprender qué hay detrás del cómico. En estos ocho episodios que componen la primera temporada no buscan solo la carcajada, nos cuentan. Y me veo en la obligación de constatar las palabras del equipo confesando que derramé un par (bastantes) de lágrimas.
En ‘El último show’, Marianico el Corto ha muerto; al menos eso es lo que siente Miguel Ángel. Tuvo éxito en su día, disfrutó de los escenarios y se sirvió de su gracia natural y de algunas herramientas para hacer reír a cientos de personas, pero se ha acabado. No es que haya perdida esa gracia natural, y sigue siendo tan gamberro como un día fue, pero el cómico se ve empañado por la nostalgia, la tristeza y una cierta sensación de perdida que iremos comprendiendo (creo) a medida que transcurren los episodios. ‘El último show’ es cercana y cálida, y se nota la sensibilidad de Álex Rodrigo y del equipo de guion (él mismo, Sara Alquézar y Enrique Lojo), como se nota el corazón que han puesto todos en esta ficción y las ideas tan claras que tienen. Lo tienen tan claro que no titubean a la hora de marcar el siguiente camino de Miguel Ángel: quiere convertirse en director de cine. Quiere hacer una película surrealista como las de Luis Buñuel, otro aragonés.
‘El último show’ pone la mirada en nuestros mayores, alejándose además de los arquetipos que suelen seguir las ficciones. Aunque desde el equipo nos hablan con mucho acierto de cómo los abuelos y las abuelas del mundo son un elemento casi imprescindible en nuestras vidas, también han querido darles un valor individual. Porque lo tienen. Porque siguen teniendo sueños, ilusiones, relaciones y problemas que nada tienen que ver con la edad, que tienen que ver con algo tan simple como es el ser humano.
Seguiremos a tres generaciones en la ficción, y en todas veremos conflictos diferentes. Pensé durante la proyección que ‘El último show’ también nos habla de cómo nos influimos los unos a los otros, sobre todo en el núcleo familiar, y de cómo a veces no sabemos acercarnos a las personas que queremos a pesar de que pongamos todo nuestro empeño en ello, y que a veces el empeño y el deseo sincero es suficiente para lograr la cercanía, aunque sea una cercanía basada únicamente en el cariño.
Y vuelvo a la figura del cómico, porque me gusta que se utilice la ficción para hacer comprender al público que un rostro conocido es más que esa primera y superficial imagen; que tiene sus preocupaciones, sus días malos y sus días reflexivos en los que contempla las estrellas y se siente diminuto. Creo que no siempre somos conscientes de ello, como tampoco nos detenemos a pensar en la inseguridad y la incomodidad que algunos de nuestros mayores sienten ante un mundo que cambia constantemente. También pensé en esto en varios momentos del episodio, observando cómo Miguel Ángel se sentía perdido y fuera de lugar en un lugar que siempre había conseguido sentir suyo. Me hubiera gustado cogerle y decirle: está todo bien, simplemente sé tú mismo.
Y, además de reflexionar yo también acerca del universo, me reí. Así que ‘El último show’ es una perfecta mezcla entre emoción y comedia, y es la ficción con más corazón que podréis ver en los próximos meses. Así lo siento. Se estrena este jueves 20 de febrero en Aragón TV, y se podrá ver cada nuevo episodio en la web de la cadena. No os la perdáis, de verdad.
Comments