De no haberlo sabido, jamás habría creído posible que ‘En busca del chico irrompible’ sea el primer libro de Coque Macho. Por su profundidad y su complejidad, por su estilo narrativo y por su ritmo y por los muchos juegos que crea de principio a fin. También por lo íntimo del viaje. Compartirlo con todo el que quiera leerlo denota una madurez que muchos no son -o no somos- capaces de alcanzar a lo largo de nuestra vida.

Unas semanas después del lanzamiento de ‘En busca del chico irrompible’, he tenido la oportunidad de conversar con su autor. Una charla con pantalla de por medio, pero en la que la sinceridad también ha reinado. Como lo hace en sus páginas. En ella hemos repasado el proceso de construcción del libro, las dos facetas del mismo y la huella que ha dejado en él. Y en mí, porque no he podido evitar compartir mis impresiones y los sentimientos que ha provocado en mí su obra.

Así, hemos hablado de espejos y de la valentía de mirarse en ellos. Del respiro que necesitamos cuando soltamos lo que tanto tiempo hemos guardado en nuestro interior. Y de la satisfacción que provoca encontrarse de frente con un trabajo bien realizado. En el que se han invertido meses de esfuerzo y de apertura personal, que han terminado dando como fruto una obra tan auténtica y tan especial como esta.

Las tecnologías no son lo mío. Pero sí son lo suyo. Y eso se ha notado en la confianza que ha aportado a la entrevista, casi más conversación que fórmula clásica de pregunta-respuesta. También en el brillo de sus ojos, emocionados en un momento tan especial como el que está viviendo.

¿Y qué viene después? Aunque no lo creas, Coque Macho tiene muchas cosas pensadas. Eso sí, para después de las vacaciones.