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Reseña de ‘En busca del chico irrompible’, de Coque Macho

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· FICHA ·
Título: ‘En busca del chico irrompible’
Autora: Coque Macho
Editorial: Zenith
Fecha de publicación: 9 de junio
Sinopsis: Una isla desconocida.
Una isla desconocida.
Ningún recuerdo.
Amnésico, magullado y con la sensación de que todo el mundo sabe lo que sucede menos él, el protagonista de esta historia se embarcará en una aventura sin igual que le llevará a adentrarse en los confines de su existencia. Durante su confuso viaje se topará con una serie de extravagantes personajes que intentarán ayudarle en su empeño por ver una realidad que, en muchas ocasiones, superará la ficción.
Así da comienzo un libro enmarcado en un universo mágico en el que seremos testigos de cómo los anhelos más profundos y los miedos más oscuros cobran vida, atreviéndose incluso a mirarnos directamente a los ojos.
Y tú, ¿hacia dónde huirías cuando todos los caminos llevan al mismo lugar?

En este libro encontrarás: Un viaje capaz de cambiarte por completo. Un camino de auto descubrimiento y aceptación que recorrer junto a su protagonista.

En busca del chico irrompible

No sé si el mensaje de mi botella ha sido el que Coque Macho quería enviarme, pero creo que sí ha sido el que necesitaba recibir. Sin ser consciente de ello. No sé si he encontrado lo que el autor quería que encontrase. Pero en este viaje a lo más profundo del ser que es ‘En busca del chico irrompible’, he creído encontrarme a mí misma cuando pensaba que ya lo había hecho. He visitado mi interior a través del viaje de otro, he pisado arenas húmedas, cristales diminutos, prados bañados de rocío y magma ardiente. He tocado la Luna y el Sol. También he escuchado las notas acariciadas en un piano de cristal. Y he seguido mis latidos, pianissimo, piano, mezzoforte, forte, fortissimo. Imposible no hacerlo a través de una narración tan detallada, tan cuidada y tan impecable como la del santanderino criado en Galicia y abrazado por Madrid. 

‘En busca del chico irrompible’ nos traslada, como bien señala su sinopsis, a un universo mágico a través de la mirada de un chico completamente amnésico. Amnésico de sí mismo. Un universo repleto de personajes sin nombre, pero con historia y, sobre todo, con anhelos. Una sumersión en las profundidades del ser y también del querer en la que yo misma he ido quitándome capas poco a poco. Esa narración detallada de la que hablaba se clava en el lector, o se ha clavado en mí, haciendo de su historia la mía. Provocando que el viaje no sea lejano ni ajeno, sino propio. 

La narración es tan vívida que se hace real de una manera física. Los latidos que cuenta el protagonista y que le guían, se acompasan con los míos. La angustia que le atrapa en según que ocasiones, también me atrapa a mí. La ansiedad se instala en mi pecho, no queda en la páginas. Las lágrimas brotan. La oscuridad ahoga. Y el renacimiento, el descubrimiento, el Big Bang o como prefiramos llamarlo, estalla ante mi propia mirada. El reflejo del sol sobre mi botella me ha cegado para después mostrarme a mí misma con claridad. Y esto es mucho, muchísimo más de lo que esperaba encontrarme en ‘En busca del chico irrompible’. 

Espejos y reflejos

Es fácil entrar en el universo mágico y en el viaje que nos plantea la novela porque en ella viajamos a lugares universales. Viajamos a esa búsqueda de la identidad propia que todos emprendemos en algún momento. A los sueños y a los anhelos. A la tristeza, a la soledad, al duelo y al rechazo. Viajamos a la culpabilidad y al miedo. También viajamos a sensaciones y paranoias. A la seguridad de ser mecido por unas olas que no controlamos. Y a las inseguridades que se apoderan de nosotros día a día, sin que seamos conscientes de ello. 

« Entonces él tiene que aprender a estar triste para estar feliz »

En ‘En busca del chico irrompible’ nos enfrentamos a nuestro reflejo y al reto de comprendernos. Porque así lo hace el protagonista. Y así nos arrastra, nos invita o nos empuja a hacerlo. Durante la lectura, me ha sido imposible mantenerme alejada, como mera espectadora. Un efecto logrado con maestría por Coque Macho, a través de una prosa poética que domina. Y en la que podría mecerme de buen gusto durante mucho más que estas casi 500 páginas. Pese a lo complejo de la historia y de los dilemas que esta plantea, el viaje se siente casi como un suspiro en el que el tiempo no existe

Me gusta también cómo juega con esto. Con no saber cuánto tiempo ha transcurrido desde la primera resurreción. Si ha sido un instante percibido como cinco vidas o cinco vidas percibidas como un instante. También me gusta cómo juega con el propio ritmo de la narración, a través de los latidos, los golpes, las notas o las preguntas. Cómo nos acelera y nos frena en seco a su antojo. Sorprende saber que este es su primer libro, precisamente por ese dominio de los elementos, del continente y del contenido, y por la sensibilidad que traspasa las páginas generando todo tipo de reacciones en quien las recorre. 

Un viaje para…

En este viaje, como cabría esperar, he encontrado paradas con las que he conectado más y paradas que han quedado un poco más borrosas para mí. Personajes en los que me he visto más y personajes más lejanos a la que considero mi verdad. Pero, sobre todo, he encontrado un trayecto bien construido, cargado de juegos y de reflejos, de reflexiones que calan y de algunas que confunden. De enseñanzas y de conclusiones a las que debemos llegar nosotros mismos.

« Pupila busca pupila. Pupila encuentra un banco de niebla. Sus ojos de color norte me cubrieron por completo. De repente hubo bosques, montañas sin ojos y prados a nuestro alrededor. Golondrinas eran mis pestañas anidando entre sus ramas. Si yo era blanco, ella era negro. Oposición »

‘En busca del chico irrompible’ es, como señalaba, un viaje personal e íntimo que el autor ha tenido la generosidad y la valentía de compartir con nosotros. Una revelación individual y universal a partes iguales. Para cualquiera que tenga el valor de seguir el sendero del protagonista, de hacerse las preguntas correctas y de contestarlas con sinceridad. Es, para mí, un antes y un después. Ese renacimiento que duele, que aturde, pero que termina siendo luz y satisfacción. 

Es una novela muy bien escrita, que necesita tiempo de reposado. De hecho, yo aún tengo mucho que reposar y mucho que pensar. De lectura enriquecedora y retadora, sensorial e intensa, profunda y humana. Un viaje para conocerse y, por encima de todo, para aceptarse. Para saber cómo mirarse. Para entenderse. Y para abrazarse. 

Sobre 5...

4

Rosa Suria
Periodista. Escribo y hablo continuamente de cine, series y música.

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