Con 30 años de profesión a sus espaldas, José Manuel Seda, lo ha vivido todo. Sus inquietudes artísticas se remontan a su adolescencia, hacia los años 80, cuando asiste a su primer curso de cinematografía. Un taller organizado por el área de cultura del Ayuntamiento de Sevilla, donde realiza su primer cortometraje. Desde entonces ha disfrutado mucho a todos los personajes a los que ha dado vida.

Le he ido dando cierta coherencia al personaje. Sobre todo que se le vieran un poco las costuras.

Hace un año que llegó a ‘Amar es para siempre‘. José Manuel Seda fue consciente de la aventura que se avecinaba. De ese ritmo vertiginoso que tienen las series de diarias. Del desgaste de energía que conlleva. Pero dispuesto a dar lo mejor de sí mismo ante un Armando Ordóñez complejo, dispuesto a hacer estragos allá por donde pisa.

Armando le ha dado la oportunidad de dar vida a un malo, malísimo. De esos de entraña pero que, al mismo tiempo, te muestran sus motivos. Y, claro, es algo necesario para que, en cierta medida, el público pueda empatizar en algunos aspectos. Es bueno crear personajes con claros y sombras. De esos imperfectos. Como cualquier ser humano. Es hora de ver historias donde ya no existe el malo por naturaleza y el bueno hasta rozar lo tonto. Hay que tocar los matices. Ver las aristas. Indagar.

Espero terminar de rematar ese arco con un final de temporada en condiciones.