Esta crítica no contiene spoilers de la cuarta temporada de ‘Estoy Vivo’ y se ha realizado tras el visionado de su primer episodio.

La tercera temporada de ‘Estoy Vivo’ marcó un nivel que, una vez más, parecía insuperable. Incluso después de empezar con la ‘despedida’ de tres de sus protagonistas y arriesgar así el resultado final y la acogida del público. La apuesta, por tercera vez consecutiva, les salió bien a Daniel Écija y compañía, quienes nos ofrecieron una nueva entrega repleta de emoción y en la que apreciamos una increíble evolución en muchos de sus personajes.

Con un solo episodio, es complicado llegar a un diagnóstico definitivo. Pero, después de ver el primer capítulo de la cuarta temporada de la serie, parece evidente que ha sido capaz de mantener el nivel sobradamente. ‘Estoy Vivo’ regresa con un arranque en el que ya nos presenta una trama aparentemente compleja y tan intrigante como acostumbra. Sin perder, por supuesto, la emoción y la sensibilidad que caracterizan a la serie, así como su humor y ese toque de terror o de misterio que tanto sorprendió en un inicio. Y que tan bien le sienta a todo lo demás.

Nos encontramos ahora con un escenario notablemente diferente al que existía en las anteriores temporadas. Después de muchas idas y venidas, la verdad de Márquez no es un misterio para nadie de su entorno. Y, poco a poco, todos se están adaptando a vivir con ella. La Pasarela es un ‘lugar’ conocido para Santos y cía y los obstáculos que se encuentran Iago y Márquez por el camino son compartidos por todos.

Esto juega en favor de uno de los grandes descubrimientos de la anterior temporada. Todos los personajes funcionan mejor como equipo que chocando, como les vimos en las primeras entregas. Verles a todos trabajar en pos de una misma meta, sorprenderse juntos ante las rarezas que se topan en el camino y superar todo tipo de escollos es enormemente divertido. También en este primer episodio que, pese a durar tan solo una hora, da bastante de sí.

En él, hay un espacio para comprender qué impacto han tenido el paso del tiempo y, sobre todo, la verdad en las vidas de los protagonistas. También hay un espacio para la risa y para alguna que otra secuencia entrañable. Y, sobre todo, hay espacio suficiente como para desarrollar los primeros pasos de la que, parece, será la trama principal de la temporada.

Un apagón de importantes consecuencias, que vamos descubriendo al mismo ritmo que los protagonistas, volverá a separarles de la vida tranquila y feliz que tanto tiempo llevan persiguiendo. La diferencia en esta ocasión es que ahora lucharán juntos y sin secretos, o eso parece. Porque tratándose de ‘Estoy Vivo’, nada puede resultar fácil. Y si lo hace, algún giro lo complicará tarde o temprano.

Lo que más sorprende de este arranque de temporada es que, una vez más, la serie supera nuestras expectativas. Un reto que, conforme van pasando las temporadas, se va tornando más difícil. Según vamos conociendo las cartas, la sorpresa parece más improbable. Y, sin embargo, sigue llegando. Lo hace en este primer capítulo, en el que se corría el riesgo de caer en la repetición, que siempre amenaza con generar hastío en el espectador. Un riesgo con el que el equipo de guion ha sabido acabar con certera. Tirando de algunos de los elementos más aplaudidos de la serie, como esa combinación de géneros que vuelve a lograr que en un mismo capítulo riamos a carcajadas y nos agarremos al sofá ante lo angustioso de una situación.

Con este regreso, se reconfirma lo que ya sabemos. ‘Estoy Vivo’ es una de las mejores series de nuestra ficción reciente. Y, aunque esto quizá sí sorprenda a los que han sido más escépticos con ella, tiene carrete para rato. Larga vida a Márquez, a Iago, a Laura y a toda esta peculiar banda de la que es imposible cansarse.

La cuarta temporada de ‘Estoy Vivo’ se estrena el próximo 10 de marzo en La 1 de RTVE.