· FICHA ·
Título: Fuiste mi verano
Autora: Andrea Longarela
Editorial: Booket
Fecha de publicación: 14 de Julio de 2020
Sinopsis: La vida de Daniela ha dado un giro completo en los últimos meses, un cambio radical al que, inevitablemente, tiene que adaptarse. Si echa la vista atrás, todo es diferente. Martín y Nieves ya forman parte del pasado. Pero no solo ellos han desaparecido de su vida, sino que Luca, el mismo chico que fue para ella un salvavidas al que aferrarse con fuerza para no ahogarse, también lo ha hecho, y Daniela deberá aprender a caminar sola. Lo que ocurre es que, en ocasiones, el azar hace de las suyas. Y de repente el camino es más pedregoso de lo que parecía. Daniela se enfrenta al presente con sentimientos que se le anudan en el estómago, con un pasado convertido en cicatriz, aunque con unas inmensas ganas de vivir, de ser más que nunca ella misma y conseguir todo lo que merece.
En este libro encontrarás: A una Daniela mucho más fuerte. Mucho más decidida a pelear por lo que realmente quiere. A encontrar la independencia para poder amar.
Las segundas oportunidades
Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero aquí está ‘Fuiste mi verano’ para desmentir tal afirmación. Leer esta continuación de ‘Fuimos un invierno’ te da un soplo de esperanza. Es esa luz al fondo del camino después de haber andado durante horas. La conclusión de que, si eres constante contigo misma, terminarás encontrando el lugar que estabas buscando.
Algo de lo que más he disfrutado leyendo esta bilogía es que la vida de Daniela y sus inquietudes están creadas y desarrolladas fuera del triángulo amoroso. Ella es ella. Y el amor está en otra dimensión. No va todo unido. Ni una cosa depende de la otra. De esta forma, es mucho más fácil que el propio personaje crezca. Y que, en ningún caso, sea bajo los ojos de una mirada masculina.
Venimos de un adiós un tanto abrupto y, a mi parecer, innecesario. Y en esta segunda tanda nos enfrentamos al recorrido que hay que realizar para que las piezas se unan. Pero que lo hagan sin que nadie pierda. Es decir, Daniela debe encontrar aquello que necesita para llegar hasta Luca. Y viceversa. Pero no pueden perder nada necesario para ello. Como individuos, no deben perder su esencia.
El camino del perdón
Vemos la nueva etapa de la relación. Los disparates que soltamos cuando estamos heridos y no entendemos que nuestro cuerpo siga reaccionando a la persona que se ama. Las veces que erramos al exigir que una persona se disculpe más de lo que realmente es necesario. El dolor que provocamos para defender el propio. Siempre he creído que antes de perdonar a alguien, debes perdonarte a ti mismo. Porque seguro que, en ese camino de aciertos, errores e incertidumbres, también se tomaron decisiones equivocadas. Esas a las que nos aferramos aun sabiendo que no va a salir bien. Y tenemos la obligación moral de señalarnos lo que hicimos mal y perdonarnos. Porque si no nos perdonamos es imposible perdonar a esa persona que seguimos queriendo. El querer o el amar no puede con todo.
Lo que puede con todo es el trabajo que una hace con una misma. Cuando analiza lo que le ocurre, lo entiende, lo comprende y empieza a trabajar desde ese auto descubrimiento. Nadie puede venir a salvarte. O te salvas tú o, tarde o temprano, todo lo que hayas forjado, o estés forjando, se romperá en pedazos.
Marina y Damián, la historia secundaria
Marina y Damián es esa pareja secundaria que siempre es necesaria. Otra historia de amor que va caminando en paralelo. Y que pueden ofrecer a la historia principal ingredientes oportunos y fundamentales.
En el caso de Marina, mejor amiga de Daniela, vemos como esos tropiezos que va cometiendo, ayudan a Daniela a enfocar mejor sus propios miedos.
En el caso de Damián, el hermano de Daniela, vemos el apoyo indirecto. Que ssuele ser el que más nos salva.
Andrea Longarela, en ‘Fuiste mi verano’, consigue que todos los personajes, especialmente Marina y Damián, sean la clave para el desarrollo final. Para el camino que Daniela debe realizar. La auto aceptación. Entender que Luca se puede equivocar. Asimilar que Luca también ha sufrido y que ella es la única responsable.
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