Acaba de estrenar número 1 en ventas. Y no se me ocurre un mejor momento para reencontrarme con Agoney. Con un Agoney pletórico, feliz y al que se le nota, también telemáticamente, la satisfacción que acompaña al trabajo bien hecho. Y al trabajo libre. Porque este ‘Libertad’ no habría llegado a nosotros como lo ha hecho si él no hubiera tenido la oportunidad de moverse sin ataduras y si no hubiera formado parte de absolutamente todos los procesos que han conducido a este lanzamiento.

Con él, he hablado de la artesanía de su primer álbum, del camino que ha recorrido para llegar a esta realidad y de los muchos retos que se ha ido encontrando. También de momentos de felicidad, como aquel en el que llega la noticia del ya mencionado número 1. O el día previo a que ‘Libertad’ viera la luz. O esa magia que acompaña a los instantes en los que, de repente, surge la inspiración.

Escuchándole repasar todo el proceso y hablar de sus temas, es imposible no mencionar la palabra ‘aprendizaje’. Al igual que ‘crecimiento’. Para Agoney, ‘Libertad’ “ha sido el gran aprendizaje”. Y, para mí, que he tenido la suerte de hablar con él en diferentes etapas de su carrera musical, es la prueba definitiva de su evolución. Personal y profesional. Una evolución que se encuentra fácilmente en sus canciones, pero también en sus palabras y en la seguridad que transmiten.

Y en la ilusión, que no se ha perdido por el camino, sino que ha ido creciendo al mismo ritmo que el canario. Una ilusión que se traduce en más trabajo y, por supuesto, en la promesa de unos directos que completarán el círculo de todo este proyecto. Y que llegarán, aunque haya que esperar a que la situación se estabilice. Por suerte, Agoney nos ha enseñado a todos a ser pacientes. Y nos ha demostrado que la paciencia tiene recompensa.

Pero qué mejor que escuchar de su propia voz todo lo que me ha contado, con alguna confesión incluida. Y también con un pequeño juego que, seguro, gustará a quien también haya viajado con ‘Libertad’.