Dejamos a los protagonistas de ‘The Walking Dead‘ encerrados en una cueva en ese parón de mitad de temporada al que estamos acostumbrados. Durante esta madrugada -de domingo a lunes- hemos disfrutado del nuevo episodio, como viene siendo habitual, en FOX; para quien se lo haya perdido, podréis verlo en el canal, en castellano, este lunes 24 de febrero a partir de las 22:30. Cuidado con los spoilers si habéis optado por esta segunda opción.

También estamos acostumbrados a la oscuridad en la ficción, en un sentido narrativo y también de forma literal. ‘The Walking Dead’ siempre ha presumido de poder desarrollar escenas en plena noche, con los riesgos y las dificultades que eso entraña. Atrapados como están en la cueva mencionada, tal como los dejamos en el octavo episodio, sabíamos que no habría demasiado espacio para la claridad en su vuelta. Y así ha sido. Hemos recorrido túneles estrechos sin más iluminación que una tímida linterna, hemos sufrido la claustrofobia de Carol (Melissa McBride) y también hemos temido por la vida de Jerry (Cooper Andrews), a quien los caminantes casi dan caza.

Los protagonistas se encuentran atrapados en la cueva por el deseo de venganza de Carol, la ingenuidad de Aaron (Ross Marquand) y la determinación del resto de seguir a sus compañeros allá donde vayan. En este sentido, Daryl (Norman Reedus) tiene una conversación muy contundente con Carol: está cansado de que su amiga no confíe en él, y también está cansado de que vayan por libre, tratando de satisfacer sus deseos personales, sin pensar en el grupo. Lo que más le importa a Carol es cobrarse su venganza, y así nos lo hace saber: no solo quiere matar a Alpha (Samantha Morton), también quiere que la líder de los Susurradores sufra. Daryl lo entiende, pero se muestra implacable: no pueden luchar por la venganza, tienen que luchar por el futuro. En este sentido, tiendo una lanza a favor de Aaron: aunque sin dejar de lado los objetivos personales, siempre buscando la redención de las personas, él luchaba por el futuro durante sus encuentros con Gamma (Thora Birch).

Aunque Carol parece escuchar las palabras de su mejor amigo, no puede detenerse. Y esto tiene sus consecuencias, claro. Tras ser acosados por caminantes y Susurradores en esa cueva, encuentran una salida, aunque tienen que luchar por abrirse paso. Mientras, Carol sigue empeñada en trazar su propio camino. Daryl acude en su rescate cuando se encuentra en peligro, lo que provoca que también Connie (Lauren Ridloff) vaya tras ellos para advertirlos de lo que está sucediendo: tienen que marcharse, pues la cueva está a punto de venirse abajo.

Y se viene abajo, claro, porque todo lo que puede salir mal en ‘The Walking Dead’ va a salir mal. Después de un esfuerzo sobrehumano de Jerry, las piedras empiezan a caer… Y atrapan tanto a Connie como a Magna (Nadia Hilker).

No se necesitan más que un par de segundos para entender lo que esto va a suponer. Todos hemos visto nacer y crecer una relación especial entre Connie y Daryl, y todos asistimos al intento desesperado de Daryl de recuperarla entre los escombros. La reacción de Carol tampoco se hace esperar: le suplica a Daryl que le escupa todo lo que siente y todo lo que piensa, porque sabe que es la culpable de lo que ha pasado. Sabe que es la culpable de que, como ella misma pone en palabras, Daryl haya perdido a una persona especial. Este momento entre ambos es una de las mejores escenas de las últimas temporadas de ‘The Walking Dead’; la rabia, la desesperación, la culpabilidad y la impotencia en ambos personajes es palpable y significativa. Es una de las más grandes barreras que la serie ha levantado jamás en la relación más importante de la ficción, y puede desarrollarse de muchas e interesantes formas a partir de ahora.

Con todo esto, casi cuesta creer que la escena más oscura del episodio se haya dado a plena luz del día. La han protagonizado Alpha y Negan (Jeffrey Dean Morgan). El segundo sigue empeñado en demostrar su fidelidad a Alpha, y por ello le advierte de la posible existencia de espías entre sus Susurradores. La primera reacción de Alpha es dar la cara por su familia, en una escena también significativa: lo amenaza, lo hace retroceder y finalmente lo empuja hacia un pequeño barranco en el que previamente había hecho sus necesidades más básicas. Es una manera de quedar por encima de él, literalmente, y de dejarle claro el lugar que le corresponde.

Pero tampoco ella tarda en recapacitar y darse cuenta de que algo falla, y de que Gamma podría haber cambiado de bando. Para agradecerle a Negan su compromiso, su sinceridad y su valentía, decide compensarle teniendo sexo con él, a plena luz del día y con la máscara puesta. Es una escena desagradable, atroz, repulsiva, pero, como todo en este episodio, está llena de significado. Si buscábamos un ritual de iniciación de Negan, parece que lo hemos encontrado. En fin, cuidado con lo que deseas…

Veremos cómo avanza una temporada que, ya nos han dicho, nos va a dejar con ganas de más.