Cuidado, ¡spoilers!

Acabo de terminar el séptimo episodio de la primera temporada de ‘Watchmen’ y lo único que me sale es preguntarme qué es exactamente lo que acabo de ver. A priori, atendiendo a los primeros compases del mismo, parecía que iba a ser un capítulo similar al anterior, un interesante viaje al pasado que explicaría mucho de lo que ocurre en el presente de la serie. De hecho, esa es la columna vertebral del episodio, a la que se le han añadido un conjunto de ingredientes picantes que han sido los que han provocado la explosión definitiva. 

Hace unas semanas, me quejaba de la falta de acción y de respuestas. Ahora no sé si arrepentirme de ello. En un solo episodio, todo lo que creía saber de la serie se ha puesto patas arriba. Hay nuevas respuestas, sí, pero no son las que esperaba y no sé hacia dónde nos guían. Tengo la imagen de Angela destrozando el cráneo del perfecto Cal en su cocina, las palabras de Lady Trieu resonando en mi mente y decenas de cuestiones que no dejan de bailar ante mí. ¿Cómo se va a ordenar todo este entramado en los episodios que restan?

Una vez más, tengo claro que en ‘Watchmen’ nada es lo que parece. Ni siquiera queda evidenciado quiénes son los buenos y quiénes son los malos, quién es una amenaza y quién no, cuál es el objetivo de cada uno. Siento que los espectadores nos encontramos en una especie de mar de incertidumbre que en ocasiones se agita, pero que poco a poco nos vamos acercando a la orilla. Viendo este séptimo episodio y, sobre todo, pensando en su final, me queda claro que la llegada no va a ser tranquila. Si aquí ya tenemos una explosión, el cierre de la temporada puede ser apoteósico. 

La importancia del pasado

Ya reflexionamos sobre ello en el capítulo anterior. Nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro están más conectados de lo que imaginamos. Parece que el ser humano, quizá por su corta memoria, está condenado a repetir su historia una y otra vez, con los muchos fallos que se han ido cometiendo. Eso es lo que nos mostraron los recuerdos de Will Reeves, en los que presenciamos un auge del racismo que se está repitiendo de nuevo en esa realidad distópica que vemos en ‘Watchmen’ (y en la nuestra también, para qué engañarnos). 

Ahora, en este séptimo episodio, terminamos de comprender que todo lo que estamos viendo en la Tulsa del siglo XXI, todos los problemas de los protagonistas, la Kaballería, la muerte de Crawford, absolutamente todo conecta con el pasado. La explicación de lo que está ocurriendo ahora la tenemos que buscar en él, o al menos la motivación, el por qué. Y parece que todos los personajes tienen algo que ocultar al resto o que ocultarse a sí mismos, incluso la buena de Angela. 

Queda más claro que nunca que estamos condenados a cometer los errores que ya cometimos o que cometieron nuestros antepasados. A enfrentarnos continuamente, a creernos superiores al resto, a meter la pata hasta el fondo. Ahora la pregunta es… ¿Volveremos a ver un calamar gigante, en esta ocasión sobre Tulsa?

Más cerca de lo que imaginábamos

Vale, sí, todo esto está muy bien. Pero probablemente estarás pensando en el descubrimiento final, en esos últimos minutos del capítulo que continúan empujándonos a preguntar qué acaba de pasar. Doctor Manhattan no está en el espacio, no está perdido, sino que se encuentra en Tulsa. Camuflado como un ser humano más, tratando de llevar una vida normal, sin saber quién es realmente. Un giro que, seamos sinceros, pocos lo vieron venir. Sobre todo por la actual identidad del héroe-villano azul. 

Detrás del perfecto Cal, de su papel de padre y marido de libro, de su enorme sonrisa y su continua comprensión, se esconde Doctor Manhattan. Ni siquiera él mismo lo sabe, al parecer llegó a un acuerdo con Angela para bloquear toda su memoria, cambiar su apariencia y empezar de cero. Todo, en teoría, en pos de vivir una vida normal, formar una familia, ser como el resto. Pero ya sabemos lo que ocurre con los secretos, siempre acaban saliendo a la luz. 

Ahora que Angela sabe que el objetivo principal de la Kaballería es matar a su marido y convertirse ellos mismos en Doctor Manhattan, la bestia ha tenido que ser liberada, cambiando todo en la serie. Todo lo que habíamos pensado hasta ahora, los posibles futuros que habíamos dibujado en nuestra mente, las teorías y los deseos, cambian. Ahora, como siempre ha ocurrido, todo gira en torno a este invencible azul, que tendrá que actuar para salvar o condenar el planeta. Otra vez.