Blas Cantó hace suya esta frase de Emily Jane Brontë para rendir un precioso homenaje a su abuela en el videoclip de “Voy a quedarme”. Un recorrido por los rincones de la memoria del artista en el que los espectadores descubrirán la historia real que impregna la canción.

“Es un viaje íntimo a los recuerdos bonitos, a quedarnos, acompañarnos en el viaje… He querido contar mi historia”, explica Blas.

Con una natural y cuidada fotografía, el vídeo es una narración de la presencia y ausencia que deja alguien cuando muere. De alguna forma, Blas Cantó regresa a la casa de su infancia, llena de recuerdos y vivencias con su abuela, fallecida hace pocos meses a causa del coronavirus. Se  puede sentir esa atmósfera de nostalgia, donde los ecos del pasado resuenan en cada una de las estancias que recorre. 

Por un instante, el artista vuelve a ver y a tocar a su abuela. Una escena tierna y conmovedora que termina con un sentido abrazo que no olvidará jamás. “Es un canto de amor universal e incondicional. Tener la oportunidad de abrazarnos en este momento en el que no podemos hacerlo o que las despedidas están siendo tan frías. Es importante mostrár al mundo el amor y saber que pronto podremos volver a abrazarnos“, apunta el artista.

Los elementos que encontramos a lo largo de este recorrido guardan simbolismo, como el tocadiscos, que actúa como punto de conexión entre dos mundos, el presente y el pasado. La música, nuevamente, hace que nieto y abuela se unan. Alicia del Viso, la directora y realizadora del proyecto, reconoce que ha sido un regalo formar parte de esta producción:

“Hemos hecho algo muy bonito. Quería tratarlo con mucho respeto porque es algo íntimo y personal de Blas, pero él es muy generoso y nos ha hecho meternos en su cabeza, en su historia”. 

Del Viso confiesa que en principio no había pensado en incluir una presencia corpórea en la casa de manera explícita. “Pensé que podría afectar al cantante“, añade. Sin embargo, Blas Cantó comentó la idea y encajó perfectamente en el tratamiento desarrollado por la creativa. “Realmente la historia fue escrita para mi abuela, y tener a alguien que pueda personificar esa presencia, que todavía existe en mí, es muy importante para mí”, dice Blas.