Viernes 13. Mini-serie de terror noruega. En teoría, nada podía fallar. Pero el género del terror es mucho mas complejo de lo que aparentemente puede parecer, y los espectadores cada vez somos más exigentes. Por eso, tampoco me sorprende demasiado que ‘Bloodride’ me haya dejado fría y se haya ido de mi cabeza prácticamente desde el momento en el que terminé su último episodio.
Esta serie está compuesta por seis capítulos de 30 minutos, todos ellos autoconclusivos y centrados en historias totalmente independientes. Cada uno de ellos cuenta con uno o varios protagonistas y explora un tipo diferente de terror. Hasta ahí, la premisa es bastante buena. Pero también encuentro su primer fallo en la propia concepción y construcción de la ficción. Considero que media hora no es tiempo suficiente para elaborar una historia lo necesariamente profunda como para que podamos entrar en ella y conectar hasta el punto de sentir terror. Hay sustos, por supuesto, pero no encuentro ese terror que esperaba hallar detrás de una premisa tan original como esta.
En cuanto al contenido, es cierto que hay un par de capítulos que sí me han merecido la pena: ‘Tres hermanos desquiciados’ y ‘El escritor malvado’. En ellos es donde encuentro las ideas más auténticas y mejor desarrolladas. El resto de ellos me resultan demasiado predecibles, aunque quizá a alguien que no esté demasiado acostumbrado al género de terror no le ocurra con algunos como ‘El elefante en la habitación’ o ‘Ratas de laboratorio’. Estoy convencida de que si estos dos episodios hubieran tenido el doble de duración, mi crítica estaría siendo muy diferente, al igual que mi sensación general con respecto a ‘Bloodride’.
Lo que no falla es la estética y la construcción de los diferentes universos que se nos presentan, los cuales conectan perfectamente en la mayoría de las ocasiones con el tipo de terror en torno al que gira el episodio. Esto ocurre, por ejemplo, con el capítulo llamado ‘La vieja escuela’. En él, nos topamos con el terror más clásico de todos, ese que habla de fantasmas y que hace uso de recursos típicos como las luces titubeantes o las puertas que se cierran y se abren solas. Un terror que se apoya enormemente en los escenarios en los que se desarrolla la acción, los cuales están clavados en ‘Bloodride’. No importa que adivines el final del episodio en los primeros minutos, si eres amante del género disfrutarás de una ambientación exquisita que sólo nos podría llegar de los países nórdicos.
Puede que con esto esté intentando ver el lado bueno de las cosas, la cara brillante de la moneda. Pero en tiempos de cuarentena, es lo que sale. Esta es una serie ideal para matar el tiempo, que no te hará pensar demasiado -ojo con el capítulo de los hermanos- y con la que te divertirás en compañía. No es una serie imprescindible, ni siquiera diría que es buena. Porque es irregular, le falta mucho tiempo y cae demasiado en el tópico. Pero en estos momentos, todo lo que ayude a pasar el tiempo es bien recibido.
A mi no me parecio floja, fue excelente y para nada previsibles, ratas de laboratorio es la floja y la unica previsible, después ninguna, cada final me sorprendió, para lo que querian contar, media hora me pareció justo y correcto, tal vez no gusto demasiado, porque es re sencilla, sin cgi, ni un presupuesto millonario, guion muy simple, igual que actuaciones, destacó los capitulos de los hermanos, el sacrifio y la genial del elefante, de este ultimo el final me asusto!!!!!!, en resumen una muy buena mini serie y espero que haya mas temporadas, ya que hay muchas temáticas para varias temporadas!!!!!!