Nunca es fácil estar a la altura de las expectativas, pero menos cuando tienes a tus espaldas un largo recorrido que te avala. En el caso de ‘Estoy Vivo’, después de dos temporadas exitosas en todos los sentidos y de una tercera que ya entró en un nivel altísimo, el público siempre espera y pide más. Supongo que porque somos conscientes de que Daniel Écija y su equipo nos lo pueden dar. Un nivel de exigencia importante que han vuelto a superar con el último episodio de la ya mencionada tercera entrega. Parecía imposible, una vez más, que se superaran después de los últimos capítulos, pero lo han hecho. Vaya si lo han hecho. 

Este final de temporada -y no sabemos si de serie- es todo lo que los espectadores queríamos y necesitábamos. Un final en el que la tensión volviera a estar presente hasta el mismo desenlace, pero en el que se minimizara el sufrimiento. Los Vargas ya han vivido suficientes momentos duros desde que les conocimos, ahora queríamos un cierre feliz, como ocurre con las mejores historias. Y lo hemos tenido. 

Un final en el que, como no podía ser de otra manera, la unión de géneros que caracteriza a ‘Estoy Vivo’ ha vuelto a ser protagonista. En él, hemos reído, hemos llorado, hemos sufrido, hemos tenido miedo… Ese carrusel de emociones y sentimientos que siempre suele acompañar a cada capítulo de la serie de Televisión Española no podía faltar en el cierre de su tercera temporada, y no lo ha hecho. Los guionistas han sabido aunar todo lo que nos ha llevado hasta este último episodio, cerrar todas las tramas y dejar a los espectadores con un buen sabor de boca que por momentos sentimos que peligraba. 

Cuidado, a partir de aquí puede haber spoilers. 

El regreso más esperado

Después de toda la temporada preguntándonos qué sería de Laura, Susana y Bea, así como del bebé de la segunda y Iago, todas las respuestas han llegado acompañadas del esperado regreso. Madre e hijas han vuelto a la vida en este último episodio, aportando la emoción que todos los espectadores pedíamos y esperábamos desde el comienzo de la temporada. Un regreso que implica también el nacimiento de la niña, que ha resultado ser la elegida por la Directora de la Pasarela para sustituirla en el futuro. La heredera que los Enlaces no quieren. 

Estas respuestas, que han llegado de manera inteligente y en el momento exacto, y este regreso nos han llevado directamente al auténtico reencuentro, a la reunión definitiva de la familia Vargas. Un instante que conecta directamente con el comienzo de la serie y que nos transmite sensación de alivio, de haber conseguido el objetivo. Por ahora, no hay confirmación de que ‘Estoy Vivo’ vaya a tener una cuarta temporada, aunque Daniel Écija apuesta por ella. Pero de no haberla, los guionistas han cerrado la historia de la mejor manera posible, como todos los espectadores soñamos desde que Andrés se instaló en el cuerpo de Márquez. 

Y, pese a que nos han dado exactamente lo que queríamos, no lo siento como fan service. Creo que este siempre fue el destino de la familia, volver a reunirse, y que no habría sido justo que ningún miembro (entre los que incluyo a los amigos) se lo hubiera perdido. De la misma manera que todos los caminos conducen a Roma, todas las decisiones que han tomado los personajes, todo lo que han hecho y han sentido desde que les conocimos, les conducía a esa celebración de cumpleaños. 

¿Y ahora qué?

Con este cierre rozando la perfección, me quedo con la sensación de que todo ha terminado. Si bien es cierto que en los últimos compases del episodio se habla de una nueva misión y se deja la puerta abierta a un regreso, ni siquiera lo necesito. Las tres temporadas de ‘Estoy Vivo’ suponen un círculo perfecto, en el que todas las piezas han encajado, aunque por momentos pareciera imposible. Una serie que nunca ha perdido su esencia, que se ha atrevido con todo y que ha sabido crecer capítulo a capítulo. 

Admito que, desde mi punto de vista de espectadora y seguidora de la ficción, éste me resulta un muy buen final para ella. Aunque me gustaría seguir viendo más de Márquez y Iago, viviendo más aventuras y emocionándome con sus historias de amor y familia, siento que el círculo se ha cerrado y que si acaba así, ‘Estoy Vivo’ se va por todo lo alto. Una despedida a la altura de las expectativas, a la altura de la serie y a la altura de la historia. 

Veremos si finalmente Televisión Española apuesta por una cuarta temporada y si Daniel Écija tiene una buena historia preparada, que aporte y que no estire. Pero, de momento, quedo más que conforme con este final, que recoge todo lo que importa y todo lo que es ‘Estoy Vivo’.