‘En el corredor de la muerte’ quiere que conozcamos el caso de Pablo Ibar y nos interesemos por él. Nos proporcionan los datos suficientes para que sepamos lo que sucedió y cómo sucedió, y para que podamos seguir con facilidad la línea temporal que abarca las dos décadas que Ibar lleva en prisión. Con ese trabajado guion y sin querer abrumar al espectador, nos presentan los hechos con un respeto total por lo que se está contando. Y genera tensión, porque lo que nos cuentan nos afecta y nos interesa. Un interés que, por cierto, puede rematarse con el podcast complementario y con el excelente trabajo de Nacho Carretero convertido en libro.
Pero siento, como digo, que es sobre todo una historia de seres humanos, por la que quieren que comprendamos, reflexionemos y sintamos. Y qué cantidad de emociones contiene esta serie. Rabia, desesperación, derrota, pérdida, angustia, asfixia por esa carrera contra el tiempo y esa clase de impotencia por la que, en ocasiones, te ríes con amargura mientras piensas cómo puede ser algo real lo que estás viendo. La impotencia que se siente es tremenda, tremebunda. Pablo Ibar, Miguel Ángel Silvestre en nuestras pantallas, se lleva las manos a la cabeza y ves que se le escapa la fuerza, casi la cordura, ves esa impotencia que tú mismo sientes y que no puede ser comparada a la suya, que se sabe inocente, que no puede hacer nada, y lo sientes cerca, porque así está hecho, pero sobre todo porque así es.
Por fortuna, porque es ficción pero también es realidad, tenemos otra clase de emociones: solidaridad, compromiso, determinación, apoyo, esperanza, fortaleza y amor. Es, y ahora entiendo las declaraciones del equipo responsable de la ficción, una historia de familia, de amor, en muchas direcciones y en muchos sentidos. Sin convertirlo en espectáculo, sin grandilocuencias, sin caer en lo teatral. Siento que nos han contado lo que es. Lo que ha vivido Pablo Ibar y sus allegados. Con un fantástico Miguel Ángel Silvestre (en serio, ¡fantástico!), una fantástica Marisé Álvarez, un fantástico Ramón Agirre… Y así con todo el elenco.
‘En el corredor de la muerte’ consigue su objetivo. Informa, interesa y emociona. Acerca el caso de Pablo Ibar al público de la mejor de las maneras. Y no sé si está bien decir que esta serie puede disfrutarse (sus protagonistas no se atrevían a decirlo en la presentación), porque no puede disfrutarse de algo así, pero de alguna manera se disfruta, porque es una buena serie. Supongo que se me entiende.
Se me han quedado grabadas algunas frases dichas en el trascurso de los capítulos, como una especie de eco de lo que he visto, casi devorado: «si no encuentran a los que salen en el vídeo me van a hacer pagar a mí»; «si para tu hijo tienes que mendigar, mendigas»; «allí hablan de justicia, pero solo la tiene quien puede pagarla». «¿Cómo puede soportarlo?», preguntan en una ocasión, «porque es inocente», responde el abogado. Y también por amor, añado yo.
Se estrena el viernes 13 de septiembre en Movistar+.
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