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6.8

'Macbeth'

Lo Mejor
  • Carácter teatral
  • Reparto
  • Estilo
Lo Peor
  • Nada

Probablemente, hayas perdido la cuenta del número de versiones cinematográficas de ‘Macbeth’ que se han producido a lo largo de los años. Yo también lo he hecho. Pero el clásico de William Shakespeare tiene algo que pocas historias tienen. No importa las veces que lo hayamos revisitado; siempre hay espacio para una más. Y eso es algo que seguramente Joel Coen sabía antes de animarse con su primera película dirigida en solitario.

El estadounidense apuesta por una versión enormemente teatral de la obra, ahora transformada en cinta. Una cinta rodada en 4:3 y en blanco y negro, con una ambientación y unos decorados muy austeros, que nos llevan directamente a las tablas de un escenario. Las sombras, los ecos y las transiciones entre escenas y entre actos nos sitúan, casi de inmediato, en la butaca de un teatro. Un estilo que dista bastante de otras versiones recientes, como la dirigida por Justin Kurzel.

También la diferencia del resto sus dos protagonistas. Denzel Washington y Frances McDormand interpretan a unos Macbeth y Lady Macbeth en edad adulta, ya muy maduros, casi cansados de vivir. O al menos de vivir la vida que viven. La edad de ambos protagonistas no queda en algo anecdótico, sino que está relacionada directamente con la trama, con las decisiones que toman y, ante todo, con sus motivaciones. Y es que es ese hastío el que empuja a una a tratar de influenciar a su marido, y al otro a dejarse llevar por una historia bien contada y por la sed de poder.

Las interpretaciones de Washington y McDormand son dos de los principales pilares de una ‘Macbeth’ en la que la gran joya, como siempre, es una historia que nunca pasa de moda. Y no lo hace en el más amplio sentido de la expresión. Porque aquello de lo que habla, aquello que explora, sigue presente en nosotros y en nuestra sociedad. La avaricia, la sed de poder, la corrupción del ser humano, la traición… El bueno de Shakespeare se fue a la base. Y la base nunca falla, nunca se desvanece.


Macbeth 2
Foto: Apple TV+

Quien esperara que no lo hiciera, se equivocaba completamente. Porque ‘Macbeth’, ahora con la firma de Joel Coen sin el abrigo del abrazo de su hermano, funciona. Y vaya si lo hace. Algunos certámenes internacionales de premios ya han dado cuenta de ello y, aunque no parte como favorita, sí parece que se llevará más de una nominación en lo que resta de carrera.

Lo que también se llevará, y aquí quizá esté pecando de pitonisa, sin ser yo nada de eso, será el aplauso de un público que no se cansa de Shakespeare. Que no se cansa de ver cómo Macbeth se corrompe poco a poco, cómo traiciona a su rey y cómo, luego, cae presa de su propia ambición desmedida. Ahora con un nuevo rostro. Con más arrugas que en anteriores ocasiones, pero con una mirada tan profunda, tan perdida, tan intensa y tan iracunda como siempre. 

‘Macbeth’ no reinventa el clásico como tal, pero sí le da una vuelta de tuerca. Y apuesta por mantener su carácter teatral, la austeridad de las tablas, la desnudez de las interpretaciones sin artificios de por medio. Ese es el gran acierto de esta nueva versión, que se estrena el próximo viernes 14 de enero en Apple TV+.

Rosa Suria
Periodista. Escribo y hablo continuamente de cine, series y música.

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