Esta crítica no contiene spoilers de ‘Moonbase 8’.

Quien guste del humor absurdo y exagerado, probablemente guste de ‘Moonbase 8’. La serie, creada por Fred Armisen, John C. Reilly, Tim Heidecker y Jonathan Krisel, se estrena el próximo lunes 9 de noviembre en Movistar Series. Y lo hace en un momento que parece inmejorable para satirizar e incluso ridiculizar a la sociedad estadounidense. Con las elecciones aún rondando nuestra mente, esta ficción puede suponer una vía para colarnos en lo absurdo de ese mundo que parece cada vez más alejado del ideal que antes teníamos presente. Donde antes veíamos el sueño americano y una sociedad próspera y trabajadora, ahora encontramos una amalgama de sinsentidos en los que palabras como ‘idiotez’, ‘odio’ o ‘caos’ son cada vez más protagonistas.

En los seis episodios que componen la primera temporada de la serie, viajamos a una base de la NASA. Una base lunar ubicada en la Tierra. Allí, un peculiar grupo de astronautas (Fred Armisen, John C. Reilly y Tim Heidecker) se entrenan para viajar a la Luna y viven como si vivieran en ella. Hasta el punto de realizar el protocolo típico cada vez que salen al exterior de la base, con sus trajes y sus medidas de seguridad. Aparentemente, se trata de un programa de entrenamiento corto, casi un mero trámite. Pero estos astronautas parecen estar atascados en él. Y no es de extrañar. No hace falta observar su comportamiento y escuchar sus conversaciones durante demasiado tiempo para preguntarse cómo han podido llegar a formar parte de la NASA.

A través de estos personajes y valiéndose del humor absurdo al que ya estamos acostumbrados cuando se trata de John. C. Reilly, ‘Moonbase 8’ caricaturiza a la sociedad estadounidense. Y también lo hace con algunos de sus grandes orgullos, de sus principales bastiones, como es la propia NASA. O el ámbito tecnológico. Hay una ridiculización constante que no es desconocida. Y que hemos podido apreciar en todo tipo de productos audiovisuales, incluidos ‘Los Simpson’. Pero que sigue teniendo el efecto deseado: dejar completamente desnudo a un país en el que si cae la imagen, cae todo.

Demasiado absurdo

Ahora bien, reconozco que yo no he conectado en ningún momento con lo que se cuenta en ‘Moonbase 8’, ni con cómo se cuenta. La idea de la que parte, esa de mostrar lo absurdo de una sociedad que siempre hemos tenido idealizada, me gusta. A pesar de ser una idea ya visitada con anterioridad, siempre disfruto de esa visión cómica de la realidad. Sin embargo, aquí el humor absurdo ha ejercido, en mi caso, de obstáculo insalvable. No he logrado reírme con las ocurrencias de los tres protagonistas, que han llegado a desconectarme por su propio carácter absurdo. El tono de la serie no ha encajado en ningún momento conmigo, y eso ha hecho que sus seis capítulos de unos 30 minutos me hayan resultado pesados y, en muchas ocasiones, hayan carecido de interés para mí.

En el lado opuesto, me ha sorprendido para bien John C. Reilly, a quien esperaba encontrar mucho más exagerado, rozando incluso lo desagradable. Por el contrario, el actor, creador y guionista de la serie, se muestra en ella más comedido de lo habitual. Cediendo un importante espacio a sus compañeros, lo cual sienta muy bien a la ficción si atendemos al resultado final. Como también ocurre con las diferentes referencias que van apareciendo y que rápidamente reconocemos. Con mención especial a esa ‘participación’ simbólica de Elon Musk en el que, para mí, es el mejor episodio de los seis que componen la serie.

Tal y como anticipaba, por lo que había leído acerca de ella, ‘Moonbase 8’ es una producción que va a conectar mucho con un público concreto. Y que no va a gustar absolutamente nada al resto. Una serie que conoce perfectamente a su audiencia y que está creada pensando en ella en todo momento. De visionado rápido, por la corta duración y la levedad de sus episodios. Pero también sospecho que de olvido rápido. No deja demasiado poso en el espectador, ni siquiera cuando intentamos buscarlo entre las bromas y ocurrencias. Pasa rápido y se va rápido. O así ha ocurrido en mi caso.