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Crítica 'Olea ¡más alto!':

Lo mejor
  • La verdad de Pedro Olea
  • Un archivo histórico realmente inmenso
  • Una mirada al pasado para encontrar un presente perdido
Lo peor
  • No hay nada a destacar.

Desde hace años se ha tenido la concepción de que el gran gigante de la industria cinematográfica se situaba en Estados Unidos, concretamente en Hollywood. Las principales distribuidoras estaban en esa zona de América. Sin embargo, en una época de oscuridad en España había directores que apostaban por darle color y luz a un país que lo necesitaba. Entre ellos destacaba Pedro Olea, un director que ha supuesto un punto de inflexión en la historia cinematográfica nacional. Ahora llega el turno de estrenar ‘Olea ¡más alto!’, un documental que repasa la trayectoria profesional del cineasta bilbaíno.

En este documental, dirigido por Pablo Malo, cuenta con la participación del propio Pedro Olea, que narra en algo más de 80 minutos su trayectoria profesional. Guionizado por el propio Pablo Malo, han sabido entablar una relación emocional inmensa a lo largo de la vida personal y profesional del bilbaíno. ‘Olea ¡más alto!’ ha sabido sintetizar más de cincuenta años de filmografía gracias a esos momentos claves de cada una de las películas. De este modo, y siempre bajo la atenta mirada del propio director, nos adentran en un mundo desconocido y emocionante, que nos permite conocer a Pedro Olea.

La historia del cine español se escribe con nombres propios y Pedro Olea es uno de ellos. Son diversos los protagonistas y parte del equipo técnico los que participan en este documental, entre los que destacan Concha Velasco, José Sacristán, José Luis Garci, Arturo Fernández, Imanol Arias o José Frade. En ‘Olea ¡más alto!’ nos invitan a descubrir un mundo muy particular, en el que la singular mirada del director respecto a la sociedad ha marcado un punto de inflexión.



Una historia de verdad

Con una trama cuidada y pensada milimétricamente, nos encontramos con la verdad del autor. Pedro Olea ha hecho un tipo de cine de esos que han marcado la referencia. Arriesgar en todo momento era su finalidad con tal de conseguir avanzar como sociedad. Ese es el objetivo de un cine de autor que no se conformaba con nada. El bilbaíno admite que siempre le ha gustado arriesgar e ir a contracorriente, y es que su cine es eso, ir más allá de las normas, romperlas y reescribirlas a su manera, con un cariño y una visión distinta.

Pedro Olea es un hombre con decisiones firmes y el claro ejemplo se encuentra el videoclip de ‘La la la’ que grabó junto a Joan Manel Serrat. A simple vista era un trabajo audiovisual igual que cualquier otro, pero la bufanda que llevaba el cantautor catalán no acabó de gustar al equipo de RTVE, puesto que la bandera republicana en los últimos años de la dictadura evidentemente estaba mal. Fue rechazado pero Olea sabía que tenía que entregar la única copia que quedaba en 35 mm a la filmoteca española.

Miedo, una palabra que lo dice todo y que está presente en la vida de cualquier ser humano. Sin embargo, para Pedro Olea no significa nada. En ‘Olea ¡más alto!’ se confirma esta premisa. Con películas como ‘Un hombre llamado flor de otoño’ donde José Sacristán era el protagonista y que rompía con los moldes establecidos plantando cara a un régimen que aunque no existía seguía estando presente.

Una vida de riesgo

 La brujería de ‘Akelarre’ o una de sus recientes películas como ‘La conspiración’ han sido trabajos que han estado bajo la atenta mirada de la censura. Esa que siempre ha estado presente y que en estos días no podía ser menos. Ya no es una censura política como hace años, ahora es más económica, donde las subvenciones son cada vez más reducidas.

En ‘Olea ¡más alto!’ nos encontramos con un documental que narra sin tapujos el crecimiento de la industria audiovisual y cinematográfica nacional. El amor por la pequeña y la gran pantalla, por emocionar y ser libre en tiempos en las que estaban atadas de pies y manos. La lucha por hacer realidad sus sueños. Es realmente precioso ver el brillo en los ojos de todos los participantes del documental que ven con anhelo un pasado en el que la libertad profesional era mayor pese a las limitaciones.

Entender, comprender y sobre todo, enseñar. Esta es la finalidad de un homenaje sensacional a uno de los hombres más importantes del cine nacional. Pedro Olea, ese señor que ha rechazado a Netflix y que sigue con la misma motivación que siempre. La peculiar mirada de un profesional que se ha dedicado en cuerpo y alma a su pasión y que ha sabido representar a una sociedad que no había por dónde cogerla. Gracias a ‘Olea ¡más alto!’ se puede conocer a un hombre que ha dado a todo por el cine y que nos ha mostrado un mundo interior muy peculiar y a la vez entrañable. La industria de la gran pantalla tiene que mirarse para saber qué camino tiene que tomar si quiere salir de uno de sus peores momentos.

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