Esta crítica no contiene spoilers de la segunda temporada de ‘The Morning Show’ y está basada en los seis primeros episodios de la misma.
Han pasado tantas cosas desde que se estrenó la primera temporada de ‘The Morning Show’ que da la sensación de que llegó a nosotros hace siglos. Pero, en realidad, no ha transcurrido mucho tiempo. Sin embargo, la plataforma ha estrenado muchos y muy diversos contenidos, que han desviado nuestra atención hacia diferentes puntos. Y a esto hay que sumarle la enorme producción de contenidos televisivos que se da a día de hoy. Además de, por supuesto, la pandemia que hemos vivido y que ha puesto todo patas arriba. Incluso la segunda temporada de la serie protagonizada por Jennifer Aniston y Reese Witherspoon.
Esta segunda entrega tuvo que reescribirse para incluir la trama de la COVID-19, pues resultaba imposible dejarla fuera. Y, en cierta manera, se nota que nunca fue el eje de la misma y que, aunque con algo de acierto, está metida con calzador. Digo con algo de acierto porque tampoco han puesto excesivamente el foco en ella, desviando la atención del espectador hacia lo que verdaderamente es importante en esta temporada. Hacia lo que verdaderamente querían contar en ella.
Nos reencontramos con los protagonistas de ‘The Morning Show’ unos meses después de lo ocurrido en el último episodio. Alex (Jennifer Aniston) se ha retirado fuera de la ciudad para escribir sus memorias y Mitch (Steve Carell) ha hecho lo propio, pero a Italia y en modo huida. Por su parte, Bradley cada vez se siente más cómoda en su puesto y está aparentemente cerca de un ascenso que desea con todas sus fuerzas. Todo ello mientras la cadena sigue inmersa en una crisis de reputación que cada vez se complica más.
En esta ocasión la serie pone el foco en diversos conflictos, que tocan algunos de los temas que más interesan o deberían interesar a la sociedad. También hay un ligero cambio en el foco a nivel de personajes. Es evidente que Alex y Bradley siguen siendo las protagonistas y que, aunque Mitch ha perdido parte de ese protagonismo, está ahí y sigue siendo importante. Sin embargo, los personajes secundarios dan un paso adelante, aportando diversidad a la serie.
Sí, podríamos decir que la segunda temporada de ‘The Morning Show’ es mucho más diversa. Y mantiene la seriedad que merecen los temas que en ella se tratan. Sin embargo, la profundización en temas y personajes es menor de lo que probablemente desearíamos. Pero, siendo honestos y justos, el tiempo es el que es y los capítulos son los que son. Bastante provecho se saca de los 50 minutos de cada uno de ellos, especialmente ahora, con tantos frentes abiertos.
Personalmente, aplaudo la decisión de ampliar el horizonte. Aplaudo el que no se hayan olvidado de las mujeres, de la presión a la que estamos sometidas y de los abusos que sufrimos de manera constante y sistemática. Pero también aplaudo el que ahora se haya hablado de identidad sexual, de racismo y de algo que detesto y, a la vez, he perpetrado sin ser consciente de ello: la cultura de la cancelación. Me gusta ver que se van tocando todos estos temas en los diferentes episodios de esta segunda temporada, aunque no siempre con la profundidad deseada.
También me gusta encontrarme de frente con un producto televisivo de calidad. ‘The Morning Show’ sigue siendo una buena serie. Una de esas que da gusto ver, incluso con su ritmo pausado y sus aparentemente inexistentes avances. Me gusta que se hable de Periodismo y de lo que no es Periodismo. De influencia, de redes de poder, del detrás de las cámaras y de las historias que merece la pena contar.
No puedo esconderlo. Disfruto mucho con la serie de Apple TV+. Incluso a pesar de que provoca sentimientos negativos en mí, como la tristeza, el dolor, la indignación o la desesperación. Al fin y al cabo, eso es lo que busca la ficción, provocar emociones. Positivas o negativas. Y ese objetivo está más que cumplido en el caso de ‘The Morning Show’.
La segunda temporada de ‘The Morning Show’ se estrenó el pasado viernes 17 de septiembre en Apple TV+. Sus episodios se irán estrenando con una periodicidad semanal.
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