‘Eduardo Manostijeras’ es ya una película icónica del cine de los últimos años y todo un icono pop. En estas fechas tan cercanas a Halloween, la película toma aun más relevancia. ‘Eduardo Manostijeras’ está dirigida por Tim Burton y se estrenó en 1990. En la actualidad, es una de las más conocidas del director y uno de los personajes más recordados de Johnny Deep. Entre su reparto se encontraban otros actores como la renacida Winona Ryder (‘Stranger Things’, ‘Beetlejuice’) o Dianne Wiest (‘Hannah y sus hermanas’).

Pero, a parte de su historia, sus personajes y sus actuaciones, ‘Eduardo Manostijeras’ destaca por el uso del color para contarnos una historia. Siguiendo una determinada paleta de colores y unos códigos a través de ellos, descubrimos toda una narración. La película juega constantemente con la fantasía y la realidad y los colores elegidos por Tim Burton reflejan esta lucha constante.

El vecindario y el castillo

Posiblemente, las casas de los vecinos son los elementos más característico de ‘Eduardo Manostijeras’. El vecindario en el que viven todos los vecinos, y al que llega Edward, es el eje principal de la paleta de colores que se maneja en la película. La clave está en los colores pastel. Destacan sobre todo los rosas, azules y verdes. Estas tonalidades se corresponden a la moda de la época de los 50, pero su elección va más allá de un contexto histórico.

Mientras que estas casas son de colores chillones y alegres, el castillo en el que vivía Edward hasta que es encontrado por Peg (Dianne Wiest) es negro y de estética gótica. Esta es una de las tantas veces en las que busca este contraste de mundos en ‘Eduardo Manos Tijeras’. Además, uno de los objetivos de Burton con esta paleta de colores pastel era evocar a las tonalidades de un circo. Esto se debe a que, cuando llega al vecindario, muchas veces Edward es tratado como la atracción principal de un circo.

Dejando de lado las tonalidades de ambos escenarios, también hay que recalcar su arquitectura. Las casas del vecindario son todas simétricas y perfectas. De hecho, no son un decorado para la película. Se trata de un barrio real de Tampa, Florida. Lo único que hizo el equipo de decoración fue pintarlas de estos colores tan característicos. Las líneas perfectas de todas las casas tratan de demostrar la falsa fachada de perfección que demuestran la mayoría de los personajes. Algo que vemos que es una mentira según avanza la historia. Además, son todas iguales. Este detalle hace referencia a como se busca una “normalidad” y se va a atacar a todo lo que sea diferente, como al personaje de Edward.

El personaje de Edward

La paleta de colores del personaje de Edward y su mundo es totalmente opuesta a la del idílico vecindario. Es un personaje que se mueve sobre todo en la tonalidad de los grises. Esta sobriedad en su vestuario hacía referencia a la soledad a la que se había enfrentado casi toda su vida. Estos colores también ayudan a darle un toque de misterio y tenebrosidad al personaje. Aunque al final resulte ser el menos monstruo de todos, su apariencia debía infundir algo de terror.

Los colores de su castillo tampoco salen de los negros y grises. Lo único que destaca son las figuras del jardín podadas por el propio Edward y, más adelante, las figuras de hielo que también hace con sus tijeras.

El vestuario

El vestuario de los personajes también es clave en la estética de la película. La diseñadora del vestuario de ‘Eduardo Manostijeras’ fue Colleen Atwood. Atwood consiguió contar una historia a través de las apariencias de cada uno de los personajes y darle características únicas a cada uno de ellos.

Las prendas de ‘Eduardo Manostijeras’ tienen significado. En el traje de Edward, destaca la abundancia de las hebillas, que no solo están presentes en su cinturón. Estas representan el encierro de Edward y como su apariencia hace que esté atado a la soledad y a su castillo. En el caso de Peg, el color morado de su traje de falda y chaqueta, muy típico de las mujeres en los 50, hace referencia a su puesto de vendedora de Avon, ya que es un color muy femenino.

Otro de los personajes que tiene una apariencia muy marcada es Joyce (Kathy Baker), la vecina que trata de tener relaciones con Edward. Es una mujer muy independiente que tiene clara sus metas. Este rasgo se representa mediante una prenda: el pantalón. La mayoría de las mujeres de la época llevaban faldas y vestidos. El pantalón es una prenda que refleja poder.

El color blanco

El cambio de estación supone un cambio dentro de la estética de la película. El ambiente y los colores se vuelven mucho más fríos. Estamos llegando al final de la película, mucho más nostálgico y triste que el resto de la historia.

La nieve y su color blanco cobran gran importancia. Este es el color de la inocencia y la pureza y une a los personajes de Kim (Winona Ryder) y Edward. El chico encuentra un nuevo pasatiempo en tallar figuras de hielo. El blanco de la nieve hace referencia al corazón puro de Edward, al igual que el color blanco del vestido de Kim, que simboliza también su bondad y su inocencia. Al final de la película, vemos como ese vestido blanco acaba manchado de sangre. Esta es una referencia a la perdida de esa inocencia por parte de Kim y Edward. Ambos se dan cuenta de la maldad que albergan el resto de los personajes, dispuestos a asesinar a Edward.  

Los colores y la estética de ‘Eduardo Manostijeras’ recorren de esta forma un viaje paralelo a la historia que se nos cuenta en la película. Nos dan más detalles sobre los personajes y les dan profundidad. Y además, hace que se convierta en una película imposible de olvidar.