Este otoño la literatura juvenil se sumerge en una nueva era que rompe con todos los esquemas anteriores: empiezan a nacer novelas escritas por jóvenes cargados de creatividad, talento y vivencias personales que les llevan a la escritura. Muchos de ellos han triunfado en la red y entran en el mundo de los libros en papel con nuevas perspectivas y mucho por contar.
El chico de las estrellas es la primera novela del joven madrileño Chris Pueyo, estudiante de Literatura en la Universidad Complutense, que escribe desde que tiene uso de razón para escaparse de una vida compleja. Su blog, El desván del duende, tiene un gran número de seguidores y, como muchas otras personas del colectivo LGTBI, el autor encontró en Twitter un refugio en el que sentirse libre siendo como es.
Este joven escritor relata su propia vida con gran calidad literaria, una originalidad muy personal y tintes poéticos que la convierten en una novela única. El pequeño Chris luchando inocentemente por encontrar el amor de una madre que le ignoraba y maltrataba, un Chris adolescente aguantando las burlas y abusos de sus compañeros de instituto, que le convertían en el famoso mariposón de las aulas. Y un joven Chris que, con gran capacidad de superación, acepta su pasado, su propia tendencia sexual y se propone perseguir sus sueños.
Su autobiografía ficcionada, que escribió con 19 años, puede compararse con las conocidas memoirs francesas y, sin buscarlo, sigue la estela del mencionado bestseller de Édouard Louis, Para acabar con Eddy Belleguele, muy apreciado por la crítica en Francia y en nuestro país.
Esto no ha hecho más que empezar: en 2016 los libros juveniles abordarán temáticas que, hasta hoy, se han tratado siempre desde la ficción y con un punto de vista educativo o divulgativo. La realidad LGTB de los jóvenes españoles se adentra en una esfera de naturalidad y reivindicación que gustará a cualquier lector joven o adulto que sepa ver más allá de las palabras y aspire a leer nuevos horizontes.
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